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René sólo era un músico de rock y el 2 de octubre del 68 terminó preso en Tlatelolco

El sonorense estaba con su amigo en el lugar equivocado, verían a dos amigas en un café de la Zona Rosa cuando los militares los detuvieron

Escrito en ESTADOS el

René Manning estaba en el momento y lugar equivocado cuando militares interceptaron de manera arbitraria a cientos de jóvenes para encerrarlos, por casi 10 días, en la Cuarta Zona Militar de Ciudad Satélite, en el Estado de México.

Hoy martes 2 de octubre se cumplen 50 años de la matanza de Tlatelolco y aún no queda clara la cantidad total de muertos que hubo por el gobierno autoritario, represor y violento del presidente de aquel entonces, Gustavo Díaz Ordaz.

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El Movimiento de 1968 buscaba un cambio democrático en México, así como mayores libertades políticas y civiles, menor desigualdad y la renuncia del gobierno del Partido Revolucionario Institucional, pues se consideraba autoritario.

René Manning es originario de Hermosillo y tiene 68 años de edad. Fue uno de los sobrevivientes del crimen de lesa humanidad, ocurrido en la Plaza de las Tres Culturas, de Tlatelolco, Ciudad de México.

Recordó que junto con su amigo Fernando Leyva estaban en el cuarto piso del edificio Chihuahua, contiguo a la plaza. Ahí buscaban reunirse con dos muchachas que habían conocido en el café cantante Dos más Dos, de la Zona Rosa, donde tocaba el grupo Los Schippys, que ellos integraban. Minutos después empezó la balacera.

“Cuando empezó la balacera, estábamos viendo por una pequeña ventana, apenas cabían dos personas para observar, Fernando vio que, por el lado izquierdo, por donde estaba el cine Tlatelolco, y por el lado de Reforma, comenzaron a entrar los soldados, yo me fijé en el helicóptero, cuando arrojó las luces de bengala: una roja y dos verdes”, relató.

Explicó que junto con su amigo Fernando Leyva de manera inesperada fueron privados de su libertad por elementos del Ejército Nacional. Él tenía 18 años de edad.

“Nosotros no teníamos nada que ver, Fernando Leyva y yo tocábamos en un grupo de rock, aparte yo estaba estudiando Diseño Gráfico, estuvimos ahí de manera fortuita en la hora, lugar y día equivocado”, aclaró.

 

Eran las 3 de la madrugada cuando a él y a su amigo Fernando los sacaron del edificio para trasladarlos al campo militar, explicó.

Un cuarto se dividió para que cupieran aproximadamente 100 jóvenes, relató, en el que se durmieron a las 5 de la mañana del 3 de octubre de 1968 y despertaron dos horas después a desayunar.

“Nos daban de desayunar lo normal: huevo revuelto, frijoles, pan y café, todos los días que estuvimos ahí. De comida era una sopa de arroz, guisado, frijoles cocidos, café, vaso chico de agua de sabor, un pequeño pedazo de gelatina, y de cena eran frijoles, café y pan bolillo”, detalló.

En el encierro total, vigilados en todo momento por los militares y pasando largos días inciertos, algunos estudiantes optaron por armar un juego de ajedrez con bolillos y así evitar aburrirse, narró.

“A algunos se nos ocurrió la idea de hacer piezas de ajedrez para no enfadarnos, y lo hicimos de los migajones del pan y para hacerlas oscuras las bañábamos en el café hasta que se pusieron totalmente obscuras, para diferenciar las blancas de las negras”, mencionó.

René Manning recuerda cuando los militares sacaron a decenas de estudiantes del Campo Militar no. 1 en plena madrugada lloviznada y fría, sin embargo, aunque el suceso cambió su vida, no pasó temor y tomó las cosas con calma.

“Nos sacaron en la madrugada, estaba lloviznando y hacía mucho frío. Estaban como 10 camiones en la Plaza de Toros en Ciudad Satélite. No sentía nada, fui de las personas que tomó las cosas como eran, yo no sentí miedo, ni temor de nada, absolutamente, yo veía las cosas como eran y las viví como fueron, pero yo nunca tuve temor de nada”, expuso.

Durante el tiempo que estuvieron detenidos, los jóvenes platicaban de música, dijo, ya que no querían hablar sobre su detención porque se volvía aburrido.

“En lo poco que platicamos, platicábamos de otras cosas, de las canciones que estaban de moda, los grupos musicales que estaban de moda que eran puro rock y de eso platicábamos, pero nada de lo sucedido ahí porque era aburrido hablar de eso”, detalló.

Manifestó que los estudiantes eran reprimidos por el solo hecho de escuchar rock and roll, pues no estaban delinquiendo, simplemente disfrutaban de la música en cualquiera de sus expresiones.

“El haber querido erradicar de México la música de rock and roll porque ellos eran muy autoritarios y decían que el rock and roll nos estaba enloqueciendo a todos los jóvenes, entonces para mí eso fue un error muy grave de aquella gente, el no querer escuchar a los jóvenes”, expresó.

Lamentó que en los años sesentas toda manifestación contra el gobierno era condenada con la muerte y estaba prohibido que la prensa diera a conocer más detalles de lo ocurrido.

“Los periódicos no podían publicar ni cuántos muertos habían siquiera, la desaparición de nosotros apareció en dos líneas de una columna en Excélsior “desaparecen dos jóvenes integrantes de un grupo de rock”, era todo lo que decía, ni siquiera nuestros nombres, estaba prohibido que se diera a conocer lo que estaba sucediendo y quiénes estaban desaparecidos”, dijo.

Han pasado 50 años de esta matanza de estudiantes y René le recuerda al gobierno mexicano que no ha habido justicia, pues Gustavo Díaz Ordaz no escuchó las voces de los jóvenes que protestaban contra un régimen autoritario en el que no querían vivir.

“Yo tomo esto como algo normal, no ha habido justicia, es lo único que puedo decir, lo que hizo un gobierno en aquel tiempo fue un error, el gobierno del presidente en aquel entonces Gustavo Díaz Ordaz, fue un error político el haber hecho lo que hicieron, de no haber escuchado a los jóvenes”, finalizó.

Este martes 2 de octubre, de manera simultánea en varias ciudades del país se realizarán marchas conmemorativas por el 50 aniversario del hecho. En Hermosillo, esta protesta partirá esta tarde desde la Plaza Zaragoza a la Universidad de Sonora.