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Rafael Murúa, el periodista que llevó la primera radio comunitaria a su pueblo

El comunicador de 34 años fue reportado como desaparecido el pasado sábado por la tarde, su cuerpo sin vida fue hallado a un costado de la carretera, en Santa Rosalía

Escrito en ESTADOS el

Rafael Murúa Manríquez es el primer periodista asesinado del 2019. Es también el primero del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, por lo que el gremio periodístico exige que su muerte no quede impune, como los cientos de asesinatos anteriores de comunicadores.

El periodista de 34 años había denunciado amenazas en su contra por parte del alcalde de Mulegé, Felipe Prado Bautista. Incluso era parte del Mecanismo de Protección para Periodistas de la PGR.

Encuentran el cuerpo del periodista Rafael Murúa en BCS

Sin embargo, eso no evitó que fuera asesinado el pasado domingo y su cuerpo abandonado a un costado de la carretera.

Rafael Murúa Manríquez era también un luchador social e impulsor de las radios comunitarias en Baja California Sur.

Estudió sociología en la Universidad de Sonora, en Hermosillo, donde comenzó su interés por las causas sociales. En la capital sonorense participó en diversos colectivos, marchas y organizaciones no gubernamentales que velaban por los derechos de las personas.

En Hermosillo, también inició su amor por la radio, ya que era uno de los conductores de la estación Radio Bemba y con el grupo de Libera Radio. 

“Un muchacho muy activo, con mucha iniciativa, conciencia social desde la universidad”, comenta Amílcar Peñúñuri, maestro de la Universidad de Sonora.

El académico coincidió con Rafael Murúa en la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC), cuando ambos tenían proyectos para radios comunitarias.

“Lo perdí de vista, hasta que coincidimos como colaboradores en Radio Bemba. Posteriormente, ya que nosotros iniciamos el proyecto de Política y Rock & Roll (la primera concesión de radio comunitaria en México), como integrantes de la AMARC. Él tenía el proyecto de Radio Kashana”.

El joven periodista buscaba instalar la primera radio comunitaria en Santa Rosalía, Baja California Sur, una comunidad donde no había una sola estación radiofónica.

“Sabemos que Rafael impulsó la radio en esta comunidad, sabemos que el inició con todas las limitaciones, era una radio con sentido social y al ser la primera radio y medio de comunicación, nos imaginamos que se topó con los intereses”, explica Amílcar Peñúñuri.

El profesor de la Universidad de Sonora e impulsor de la radio comunitaria “Política y Rock&Roll”, que recibió la primera concesión en el país, lamenta que los periodistas sociales son los más vulnerables, ante amenazas y peligro.

Rafael Murúa había denunciado en diferentes ocasiones las amenazas que recibía por su labor en la comunidad de Santa Rosalía. Acusaba directamente al alcalde Felipe Prado Bautista, emanado del Partido Nueva Alianza (Panal).

“En cincuenta y dos días de gobierno de Felipe Prado he vivido más agresiones y abuso de autoridad que en los seis años anteriores, desde que ejerzo el periodismo en mi ciudad natal, Santa Rosalía”, escribió en su cuenta de Facebook el 14 de noviembre de 2018.

Por ello, formaba parte del Mecanismo de Protección Integral de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE).

“Las autoridades deben tomar en consideración que las radios comunitarias, los medios sociales somos instancias muy vulnerables, de ser agredidos por el poder político, que se tome especial consideración para los que trabajan en zonas peligrosas como Rafael”, expone.

En este sentido, como integrante de la AMARC, Amílcar Peñúñuri hace un llamado al gobierno federal, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador para que, en su administración, la protección a periodistas sea real.

Es decir, que se revise a fondo los mecanismos de protección y las medidas que se toman ante una amenaza a un periodista, en especial a los de medios sociales como radios comunitarias, quienes no tienen respaldo de una empresa o medio de comunicación.

“Creemos que en México se mata a un periodista porque es fácil hacerlo, nadie persigue a los asesinos de los compañeros de la prensa, no hay ninguna consecuencia al respecto y esperamos que el nuevo gobierno tenga de verdad voluntad política para llegar al fondo del crimen contra el compañero Rafael y en el caso de otros compañeros”, exige el periodista.

Los amigos y familia de Rafael Murúa lo habían reportado como desaparecido, después de que perdieran comunicación con él desde el sábado por la tarde.

Y, fue hasta el domingo cuando encontraron su cuerpo, entre la maleza, a un costado de la carretera Santa Rosalía- San Ignacio.

Rafael presentaba perforaciones en el tórax, pero las autoridades no especificaron si se trata de heridas punzocortantes o balazos.

Por su parte, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ya investiga si hubo omisiones en la protección del comunicador de 34 años.

Distintas organizaciones y colectivos han mostrado su repudio ante el primer asesinato de un periodista en México, este 2019.

El año pasado, la cifra terminó con 17 periodistas asesinados, por lo que fue considerado por la organización internacional Campaña Emblema de Prensa, como el segundo país más violento, sólo después de Afganistán.

mvf