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“Querían que me llevara un cráneo que no era de mi hijo desaparecido”

Familiares buscan a sus desaparecidos pieza por pieza y luego esperar los resultados de ADN en una travesía que en ocasiones es más larga que la búsqueda

Escrito en ESTADOS el

GUADALAJARA.- Después de meses de búsqueda, Guadalupe Ayala encontró los restos de su hijo desaparecido, Alfredo Ezequiel Campos, un joven de 23 años. 

Su cuerpo fue mutiliado y enterrado en una fosa en Tlajomulco, Jalisco, por el crimen organizado. 

Junto a los de Alfredo había restos de más de 100 personas en la fosa que la Fiscalía de Jalisco en enero pasado. 

Un antebrazo, la pieza ósea número 667 encontrada en la fosa de El Mirador II, le dio la certeza a Ayala de que había encontrado a su hijo.

En febrero, los peritos del Servicio Médico Forense (Semefo) le confirmaron que ese primer indicio tenía un 99,9 % de compatibilidad con su ADN.

Así, Guadalupe ha encontrado a su hijo Alfredo, pieza por pieza. 

Entrevistada por EFE, Guadalupe relata cómo la necedad de los peritos han provocado que casi se lleve una parte del cuerpo que no es de su hijo.

"Estaban a punto de darme un cráneo que no era el de mi hijo, pero me di cuenta y lo rechacé, me decían que me lo llevara, pero les demostré que no era él".

La mujer no se conforma, presiona y busca en los miles de archivos e imágenes del Semefo para que hagan bien su trabajo.

El caso de Guadalupe no es el único, decenas de familiares de personas desaparecidas enfrentan por largo tiempo la tarea de buscar uno a uno, entre restos, las partes de sus seres queridos. 

Algunos colectivos se han unido para presionar al Servicio Médico Forense y que los resultados de las pruebas de confronta genética no tarden los tres meses habituales.

A diferencia de otros grupos en el norte y sur de México que salen al campo a excavar e identificar fosas con sus propias manos y métodos, los familiares de víctimas en Jalisco deben esperar a que la fiscalía encuentre una fosa y les permita estar en la exhumación, pues la mayoría de estas son cavadas en fincas particulares.

Los peritos que excavan en las fosas extraen los cuerpos en piezas óseas que son después llevados a las oficinas del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses donde, si es posible debido a las condiciones de descomposición, son analizadas para saber si pertenecen a uno o más cuerpos.

Las pruebas de ADN se realizan a las piezas que son encontradas y se confrontan con los resultados de los exámenes genéticos a los que se someten sus familiares para hacer la denuncia.

María de los Ángeles Yáñez identificó a su hijo desaparecido, Enrique Conteras, por unos tatuajes que tenía en el muslo. Autoridades encontraron sus dos brazos y una pierna en la misma fosa donde hallaron a Alfredo.

Sin embargo, a cinco meses del hallazgo, María de los Ángeles  no tiene certeza de cuándo podrá recuperarlos.

"En agosto me llamaron para decirme que habían encontrado una pierna, que al parecer por unos tatuajes era de mi hijo, vine y le hicieron la confronta. Está una pierna y dos brazo, pero hasta ahora no he tenido respuesta de si salió positivo, pues están muy descompuestas las piezas. Le vi los dedos y sé que es la pierna de mi hijo".

Esther Tapia también cree que se halló el cuerpo de su hijo José Juan Espinoza en la misma fosa, aún no lo sabe con certeza porque tiene que esperar los resultados de la confronta de ADN.

"Son fragmentos nada más, partes del cuerpo, la cabeza y el torso ya casi lo tienen. Al que posiblemente dicen que puede ser mi hijo solo le falta un brazo y una pierna por encontrar. Me dijeron que tarda quince días más. Me dijeron que están armando (montando) el cuerpo, solo quiero que me entreguen su cuerpo y descansar de esta pesadilla".

EL CRIMEN ORGANIZADO LO HACE DIFÍCIL

La forma en la que el crimen organizado se deshace de sus víctimas, como descuartizarlas o incinerarlas, complica la labor de los especialistas forenses de identificar un cuerpo, dice a EFE Carmen Chinas, académica de la carrera de Seguridad Ciudadana en la Universidad de Guadalajara.

"Es tan complejo como encontrar cientos de partes y hacerles pruebas no solo al cuerpo, sino a las partes de ese cuerpo, ¿cuántas pruebas debes hacer para dar certeza de la identidad? Tampoco es que las autoridades hayan avanzado rápido en los requerimientos de identificación forense que demanda un país en estas condiciones".

Se trata, dijo, de una estrategia de terror de los cárteles contra la población, así como para ocultar sus crímenes.

"Es una estrategia para infundir terror, miedo a la población y es una estrategia que refleja gran impunidad en ese tipo de prácticas y que no hay sanción para los responsables. Responden a la lógica de ocultar y tratar de dificultar lo más posible el tema de la identidad y complicar el trabajo de la autoridad", indicó.

JALISCO, ENTRE DESAPARECIDOS Y FOSAS

Jalisco ocupa el primer lugar de cuerpos exhumados de fosas clandestinas en México.

De acuerdo con la Comisión Nacional de Búsqueda de la Secretaría de Gobernación (Segob), Jalisco ha hallado en fosas clandestinas a 897 víctimas entre 2006 y septiembre de 2020.

En total, el país registró 4 mil 92 fosas clandestinas y 6 mil 900 cuerpos exhumados en el mismo lapso.

Jalisco también es el estado con mayor número de personas desaparecidas y no localizadas en los últimos dos años con 3 mil 568 casos registrados.




Con información de EFE

rgg