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Psicosis en Juchitán por inseguridad y saqueos

A pesar del despliegue de mil 800 policías federales, los habitantes se sienten desprotegidos; la vigilancia es casi nula

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OAXACA, Oaxaca (La Silla Rota).- Apenas dan las 20: 00 horas y los vecinos de cada sección, colonia, y barrio de Juchitán empiezan a colocar barricadas en las bocacalles: vehículos, palos y llantas. Ningún automóvil, mototaxis o motocicleta puede circular después de esta hora. Se tratan de medidas de autoprotección que han tomado los habitantes porque la inseguridad ha regresado y los saqueos han comenzado, la otra cara de la tragedia que padecen por el sismo del pasado 7 de septiembre.

A pesar del despliegue de mil 800 policías federales,  los habitantes se sienten desprotegidos; la vigilancia es casi nula, solo una patrulla de la PF vieron pasar hace dos días.

"Si agarramos a un maleante lo vamos a quemar o matar,  no tenemos miedo, lo hemos perdido todo, pero no vamos a perder nuestra tranquilidad", dice Hermán Pérez que se ha organizado con sus vecinos  de la Octava Sección del barrio Cheguigo, para defenderse.

Este miércoles en la madrugada, cerca de las media noche se escucharon disparos, al menos 10 detonaciones seguidas. La gente vive intranquila en la calle por  miedo a las réplicas que no paran de sentirse después del terremoto del jueves, pero ahora se ha sumado   la inseguridad: regresaron los asaltos, asesinatos y se sumaron los actos de rapiña.

En altavoces en las calles de esta sección corre un rumor: "por favor vecinos vigilen bien a sus hijos, anda una camioneta blanca queriendo robar niños".

A la crisis humanitaria le han seguido los saqueos, los delincuentes han aprovechado que al caer la noche, los dueños de las viviendas van a los albergues a descansar o se reúnen con familiares y vecinos para pasar la noche.

Este es el motivo por el que Hermán  junto con un grupo de hombres, mantienen un filtro en la Calle Gómez Farías de la Octava Sección Cheguigo, "la intención es estar al pendiente de las réplicas,  cuidar nuestras casas, pero sobretodo a los niños y nuestras esposas", detalla.

"Aquí tenemos palos, machetes y en algunos casos, pistolas, mucha gente quiere asustar, pero aquí estamos esperando", refiere.

"No es posible que con la contingencia que se está presentando en Juchitán, haya personas que aprovechen el dolor de los ciudadanos para delinquir y afectar a familias enteras que literalmente se encuentran en la calle", manifestó. 

Al igual que en Cheguigo, la situación  de percibe en otras tres  secciones de Juchitán. 

A casi cinco días del terremoto, no solo la desolación se encuentra en el municipio más afectado del Istmo de Tehuantepec, también la psicosis se va adueñando de las familias porque la seguridad se ha visto abandonada por las autoridades. "Mientras estemos vivos vamos a proteger a nuestras familias, eso si no nos vayan a abandonar a nuestra suerte".


kach