Ante el reforzamiento de la seguridad en las áreas perimetrales de albergues, a lo largo y ancho del país, cientos de migrantes han optado por permanecer en su interior, sin siquiera asomarse para evitar ser detenidos por agentes de la Guardia Nacional o por personal del Instituto Nacional de Migración.
Antes de salir del albergue Ágape, el hondureño Francisco se asoma por la ventana, teme que lo “levanten” los elementos federales por carecer de un permiso legal para permanecer en el territorio mexicano.
El miedo de Francisco aumentó luego de que el viernes y sábado pasados, integrantes de la GN y el INM se postraran por varios minutos afuera del albergue Espacio Migrante, en donde los activistas protegen a centroamericanos y haitianos.
La mayoría de estos migrantes está en proceso de regularizar su estancia en México, aunque otros buscan asilo humanitario en Estados Unidos.
De acuerdo con una nota de El Imparcial, Francisco comparte que quedó espantado cuando vio al convoy, la “cárcel móvil” del INM, con militares armados.
“Sinceramente por algunos momentos pensé que iban a hacer una redada. Mi susto fue intentar recordar que las puertas estuvieran con llave, porque muchas veces las personas entran y salen, pero a veces no ponen el candado”, platicó.
Esa misma situación es la que están sufriendo en albergues de la Zona Norte y Playas de Tijuana, en donde la Guardia Nacional y las autoridades migratorias realizan rondines con el fin de detectar a los migrantes ilegales.
El arzobispo de Tijuana, Francisco Moreno Barrón, manifestó su descontento con los rondines de los militares, pues a su cargo se encuentran por lo menos cinco refugios que atienden a los migrantes y a los mexicanos que fueron deportados de Estados Unidos.
Expuso que la “cacería” de migrantes atenta con la imagen de solidaridad que México tiene a nivel mundial.
Moreno Barrón comentó que entre las autoridades federales y los directores de los albergues debe existir un protocolo para establecer en qué condiciones los militares y agentes de migración podrán acercarse a los albergues.
Por su parte, María Cristina Rojas, encargada del albergue cristiano Ágape, ubicado en Loma Bonita, expuso estar de acuerdo con los rondines de la Guardia Nacional e INM, siempre y cuando respeten el derecho a la protección de los migrantes.
Señaló estar en comunicación constante con el Grupo Beta, del INM, y consulados de Centroamérica. Con información de El Imparcial