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“Prefiero que estemos sanas a festejar”

Las madres tamaulipecas expresan su sentir del 10 de mayo, pues aunque anhelan estar con sus seres queridos, conocen el riesgo del contagio

Escrito en ESTADOS el

Cd. Victoria, Tam.-  Este 10 de mayo, domingo, Día de las Madres, es muy diferente en el estado tamaulipeco. No habrá flores, serenata, regalos, comida, música, ni abrazos, ni besos solo amor a la distancia.

Silvia Fernández de 73 años de edad, tiene dos hijas, un hijo y cuatro nietos. 

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“Yo ya le dije a mis hijas y a mi hijo que no vengan. Mejor se queden en su casa, que cada quien allá en su casa me festeje como si yo estuviera ahí. Es lo mejor para todos con esto del coronavirus”, cuenta doña Silvia a La Silla Rota.

“Yo quiero mucho a mis hijas y ellas también, así como mis nietos que me dicen mamá. Desde hace un mes nos los veo, o más bien no les abrazo y me dan beso. Con eso del celular pues hacemos una video llamada y ya nos vemos y platicamos muchos”.

Sin embargo, para doña Silvia no es lo mismo sentir el calor del abrazo “el beso, el vernos reír, escuchar las carcajadas eso es parte de la alegría de cuando estamos de fiesta”.

Mercedes Pineda tiene 79 años. Es madres de tres hijas.

“Yo prefiero que mis hijas y mis nietos estén bien sanos. Y yo también quiero están bien para seguir viendo a mis hijas y nietos entonces les pedí que no me visiten. Con una llamada telefónica basta”, cuenta.

“Las flores y regalos ya será otra vez. Además, me regalan vestidos, blusas y ya no salgo a la calle, para ir a misa los domingos con un vestido me basta. Las flores mejor guárdenlas para cuando muera, porque eso sí, quiero muchas flores en mi tumba, que parezca un jardín”.

Doña Mercedes explica que la pandemia del covid-19 la dejado aún más encerrada en su casa. 

“Cuando me quieren ver mis hijas, mis nietos pasan por la calle, y me asomo a la ventana nos mandamos besos, abrazos y nos gritamos. A veces no los oigo ni ellos a mí. Hay que tener paciencia, no desesperarse que ya pasara esto. Dios es tan bueno que no nos puede dejar abandonados y la virgen de Guadalupe nos protege”.

Y puntualizó con convicción: “Yo tengo aún mucho por hacer, entonces en esta pandemia yo no me voy a morir por eso me cuido”.

A Soledad Adame le encanta la música, a sus 83 años no pierde la oportunidad de bailar en cualquier fiesta familiar con sus hijos y nietos. Pero este próximo domingo no habrá música.

“Como saben que me gusta la música, mis hijos, el Día de las Madres, siempre traen un conjunto de música norteña; me gustan las polkas, chotis, redova. Siempre fui muy bailadora, le pedía a mi papá que me llevara a los bailes, se cansaba de bailar y ya me dejaba bailar con los muchachos.

“Pero ahora, con esto del coronavirus no nos vamos a juntar la familia a comer, será para otra ocasión. Es mejor cuidar la salud para poder seguir viéndonos o se acabarán los abrazos y besos”.

Por otro lado, a María de los Ángeles Peña a sus 89 años y tres hijos y dos mujeres no le importa que este próximo domingo no recibirá pastel, regalos, flores. 

“Es solo un día no pasa nada pero sí podremos seguir viéndonos, abrazándonos, si mejor cada quien nos quedamos en casa”.

Continuó diciendo: “Mis nietos ya me trajeron una computadora y me enseñaron como manejarla y me dejaron una hoja con instrucciones para hacer una videollamada el próximo domingo, y estar así todos viéndonos. Estar juntos”.

“Me da risa que a mi edad con lo vieja que estoy el andar manejando estos aparatos”.

Son las madres en tiempos del coronavirus que tal vez no extrañaran el Día de las Madres, ni regalos, flores, música, pasteles, chocolates, les bastara como siempre el tener siempre el amor y la presencia de sus hijos.


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