TUXTLA GUTIÉRREZ.- “¿Por qué tanto dolor?”, se preguntan migrantes mientras narran cada muerte sufrida en su camino, cada violación a sus derechos, y hasta el abuso de la población local al que se enfrentan mientras logran avanzar hacia algunas ciudades de Chiapas.
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A fines de agosto, una primer caravana formada por niños, hombres y mujeres de Haití, Venezuela, Cuba, Honduras y El Salvador partió de Tapachula con la intención de cruzar el país y llegar a Estados Unidos.
Habían avanzado unos kilómetros cuando agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y de la Guardia Nacional (GN) los detuvieron a punta de golpes.
Here’s the way Mexican migration agents along with members of the Mexican National Guard greeted migrants today in Tapachula, #Chiapas, Mexico. Hundreds of migrants were beaten and stomped in their attempt to reach the U.S. ???? ??:@pedrogerardo26 #CaravanaMigrante pic.twitter.com/ndjno430M6
— Voices in Movement (@VIM_Media) August 30, 2021
En un mes, ese episodio de violencia se ha repetido constantemente, documentan organismos de Derechos Humanos y periodistas.
La comisionada adjunta para la protección de la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), Gillian Triggs, denunció la "presión sin precedentes" a las que se han enfrentado los migrantes centroamericanos en México.
“We are migrants, we are not criminals!” Central American, Venezuelan & Haitian migrants continue to make their way through #Chiapas, Mexico as the Mexican National Guard attempts to stop them. Solidarity with all migrants! ???????: @Darinelzacarias #CaravanaMigrante pic.twitter.com/sJWMRlCBln— Voices in Movement (@VIM_Media) September 1, 2021
“Negro baja del bus”, son las palabras de agentes del INM contra miles de migrantes originarios de Haití, quienes buscan avanzar en transporte público salir de la ciudad de Tapachula, Chiapas.
Los bajan de los autobuses, les exigen su documentación. Con tratos despóticos los fichan, sin importar si son niños o adultos; sin importar si ya cuentan con permisos de tránsito y aprobación de las solicitudes de refugio. A muchos, de manera arbitraria, los obligan a subir a las camionetas del INM para regresarlos a Tapachula.
Los haitianos son quienes más han sufrido agresiones por parte de los agentes migratorios, la más reciente se registró el pasado sábado 11 de septiembre, cuando interceptaron a unos 400, en las afueras de la ciudad de Tapachula.
Foto Cuartoscuro.
Los subieron a tres autobuses y camionetas, para llevarlos a la frontera de Talismán, colindante con Guatemala. Ahí los bajaron y ya no les permitieron entrar a México.
Cientos de haitianos que han logrado salir de Tapachula, ciudad fronteriza con Guatemala, han podido burlar a los agentes pero se enfrentan el abuso de la población local, que les cobra por transporte, comida y hospedaje, cantidades hasta 10 veces mayores que el precio establecido.
Algunos han platicado que dos bolillos con frijol se los cobran a 45 pesos; una cubeta con agua para bañarse, 200 pesos; un trayecto de 33 kilómetros en transporte, mil pesos por personas; la renta de un cuarto vacío, 1 mil 500 o 3 mil; si está amueblado, 7 mil. En algunos hoteles, aún cuando tengan el costo del hospedaje, les niegan el servicio.
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