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Por pandemia, Miguel perdió propinas, trabajo y apoyos para subsistir

Empleado de un restaurante en San José ignora si con la nueva normalidad recobrará su puesto o tendrá que buscar otra fuente de ingresos

Escrito en VERACRUZ el


Xalapa, Ver. - Miguel Ángel trabaja desde los 14 años, le gusta tener “su dinerito” para sus cosas, sin embargo, en marzo, cuando empezó la pandemia por el virus Sars CoV-2, entró a la larga lista de jóvenes desempleados en la capital del Estado

Apenas en diciembre de 2019 fue contratado en La Carcajada, restaurante ubicado en la zona gastronómica de San José, en el centro de la ciudad de Xalapa. Ahí hacía de todo, ayudaba a emplatar —servir la comida—, a “meserear” y lavar los platos, hasta por 11 horas seguidas.

Su trabajo le permitía un ingreso quincenal de mil 200 pesos más propinas de hasta 300 pesos semanales. Eso le garantizaba el desayuno y la comida a diario. Para ahorrar, solía caminar 2.4 kilómetros de su casa, ubicada en Murillo Vidal, hasta San José. Por la noche, en el trabajo solían apoyarlos para el taxi.

Hace cuatro meses, cuando se ordenó el cierre de negocios por la pandemia por el virus Sars CoV-2, su jefe les notificó que enviaría de “descanso” al personal de más reciente contratación, por lo que Miguel, al igual que otras siete personas, se quedaron sin ingresos fijos.

El giro del negocio no obligaba al cierre definitivo, según los lineamientos del Sector Salud federal y municipal, podían operar al reducir el número de mesas al interior del negocio y ofrecer servicio a domicilio. Para cumplir con la instrucción de la autoridad no era necesaria la plantilla de 12 trabajadores, por lo que se ordenó “descansar a los de más reciente ingreso”.

Datos del Seguro Social reportan que en Veracruz se perdieron poco más de 11 mil 132 empleos formales en el sector del comercio y servicios en los meses de marzo, abril y mayo, a consecuencia de la pandemia. El joven, ahora de 27 años, es parte de esa estadística oficial.  

En el primer mes de “descanso obligado” su jefe los citó en dos ocasiones en día de quincena, les notificó que el negocio seguiría abierto para brindar servicio a domicilio, y que se mantendría operando solo con cuatro empleados.

Para hacer menos amargo el trance les ofreció dos despensas, el apoyo fue quincenal, lo que le permitió hacer más llevadera la contingencia al lado de su abuela, con quien vive desde pequeño. 

En mayo ya no recibieron el apoyo alimentario. En el “grupo de what” el dueño del negocio les informó que las condiciones económicas no le permitían seguir entregando despensas, pues las ventas no eran lo que esperaban, “no hay gente”.

Miguel no tiene claro si mantendrá su empleo una vez que inicie la nueva normalidad, pues no les han dicho nada; sin embargo, ya quiere que acabe la contingencia sanitaria para ir a dejar papeles y tener certidumbre económica. 

Al inicio de la cuarentena, solía ayudar a un amigo pintor, lo apoyaba cuando le salía algún trabajo, pero él ya tampoco ha encontrado nada; por lo regular se la pasa en su casa “sin hacer nada”.

Durante la plática el joven reconoce que no es muy estable en sus empleos, que en ocasiones los pierde por que le gusta mucho el “desmadre”, y cuando se va de fiesta no se presenta a trabajar.

Su experiencia laboral más duradera fue atendiendo un puesto de pozoles y esquites, ahí tardó dos años. Después, se fue a una cocina económica, donde apoyaba en la preparación de alimentos y en la entrega a domicilio. También, ha realizado el trabajo de mesero.

El joven dice que está a la espera de que las oficinas municipales regresen a la normalidad, pues se había inscrito a un curso de cocina gratuito que ofrece el DIF.

Se tenía que presentar el 01 de junio, y aunque llegó a la sede del organismo asistencial, le informaron que la capacitación se pospuso por la contingencia sanitaria, le ofrecieron comunicarse cuando se retome las actividades, “hasta nuevo aviso”.

Miguel terminó segundo grado de secundaria, pero ya no le interesó continuar con su formación profesional, “me interesó más tener dinero y salir”.

Las medidas extraordinarias y la estadística oficial 

El 23 de marzo, el Ayuntamiento de Xalapa determinó el cierre de bares, cantinas y centros nocturnos. El anuncio lo hizo el director de Desarrollo Económico, Gerardo Martínez Ríos.

En esa fecha se determinó la reducción de 30 por ciento de mesas en establecimientos de comida, que estaban obligados a cumplir con indicaciones sanitarias. El municipio pidió dar prioridad al servicio a domicilio o comida para llevar. Medida que se reforzó previo al 10 de mayo y el día del maestro.

Datos de la Secretaría del Trabajo, revelan que en enero se reportaron 762 mil 611 fuentes de empleo ante el Instituto Mexicano del Seguro Social, para febrero la cifra subió a 767 mil 900; sin embargo, en marzo el número bajó a 765 mil 330 asegurados.

En abril la cifra descendió, ya con el aislamiento social y el cierre de negocios solo se reportaron 744 mil 520 empleados asegurados. Para el quinto mes del año sólo se mantenían 721 mil 600 trabajadores asegurados.

De los empleos formales perdidos se reportan 7 mil 617 en el rubro de servicios y 3 mil 515 en el de comercio.