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“Por la sangre de Simón Pedro, ¡exigimos justicia!”: Las Abejas de Acteal

El Frayba presenta este martes 15 pruebas ante los Juzgados de Control y Tribunales de Enjuiciamiento de Cintalapa

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CINTALAPA.- Simón Pedro Pérez caminaba con su pequeño hijo a la altura del mercado del municipio de Simojovel, Chiapas cuando, de pronto, un sujeto en una motocicleta se le emparejó, sacó un arma y le disparó en la cabeza. A casi nueve meses de ese hecho, la justicia aún no llega.

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Por ello, este martes, familiares, organizaciones no gubernamentales que acompañan el caso e integrantes de “Las Abejas”·de Acteal, sociedad civil de la que Pedro fue presidente poco antes de que lo mataran, acudieron al Centro Estatal de Reinserción Social para Sentenciados (CERSS) número 14, “El Amate”, en Cintalapa, para exigir justicia.

De hecho, abogados del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) presentarían alrededor de 15 pruebas como parte de la audiencia intermedia; con ellos, también estuvieron presentes los padres de la víctima y allegados.

Antes de ingresar a los Juzgados de Control y Tribunales de Enjuiciamiento de Cintalapa, los sobrevivientes de la matanza de Acteal celebraron una oración en su lengua, el tsotsil, para pedirle a Dios que interceda en este caso.

“Han pasado casi 25 años de la masacre de Acteal y no que queremos que se repita (una injusticia); por eso demandamos que se respete a los familiares de Simón Pedro, a su papá, que lo dejen entrar, que lo dejen hablar, pero con su abogado, porque luego les impiden que entre un abogado con familiares de la víctima”, cuestionó Guadalupe, una de las sobrevivientes de la masacre de esa localidad del municipio indígena de Chenalhó.

Por su parte, Juan Pérez Gómez, padre de Simón, manifestó que su hijo no tenía nada qué ver con algún delito cuando lo asesinaron, “solo pido que no me dejen solo, que caminemos juntos, que construyamos la paz, y se haga justicia verdadera”.

Para él, agregó, es importante que las autoridades no alarguen el proceso de la aplicación de justicia y agilicen las líneas de investigación para dar con todos los involucrados.

QUE CAIGA TAMBIÉN EL AUTOR INTELECTUAL

En entrevista, Jorge Luis Hernández, abogado del Frayba, puntualizó que en esta audiencia el juez valoraría si acepta o no las pruebas presentadas o las desecha, sin embargo, comentó que es una etapa importante porque de éstas depende el proceso y el juicio oral, la cual se efectuaría en la siguiente audiencia.

Hay un presunto responsable material del asesinato (identificado como Hugo ‘N’), pero dentro de las pruebas que presentamos como Frayba, es decir algunos peritajes, podemos demostrar que el crimen de Simón Pedro no fue un asesinato común, sino que está relacionado a su labor como defensor de derechos humanos, como integrante de ‘Las Abejas’ de Acteal y como catequista de la parroquia de Pantelhó”, de donde era originario, subrayó

En sí, destacó, el asesinato del defensor de derechos humanos no solo afecta a su familia núcleo, sino a toda la sociedad, “porque se manda un mensaje claro: quienes trabajan en la defensa de derechos humanos están en un alto riesgo, al igual que los periodistas”.

Además, dijo, lo que se busca es que no solo se le aplique la ley al autor material, sino al o los intelectuales de este hecho ocurrido el 5 de julio del año pasado.

LA ARDUA LABOR DE SIMÓN PEDRO

La violencia en la región Norte de Chiapas, como lo que ocurre con el municipio de Pantelhó, ha aumentado de forma crítica en los últimos años, lo que generó incluso el levantamiento de un grupo autodefensa denominado “El Machete”, cuyo objetivo era acabar con los grupos criminales, sobre todo el de “Los Herrera”, encabezado por Autroberto Herrera y Dayli de los Santos, ambos ya en prisión.

En ese sentido, Simón Pedro, padre de siete hijos, trabajaba en un proceso de paz y reconciliación desde la parroquia de esa localidad, donde efectuaba su labor pastoral religiosa como catequista, pero también desde su organización “Las Abejas” de Acteal.

Además de su trabajo político-religioso, el indígena tsotsil se encargaba de proveer en su hogar; pero, sobre todo, poseía una gran calidad moral al igual que su padre Juan Pérez, diácono de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas.

Mientras tanto, la esposa, hijos y otros familiares de Simón Pedro viven en la comunidad Nueva Israelita, en Simojovel, una zona de alto riesgo, por lo que tienen la protección de la sociedad, de “Las Abejas” y de su parroquia.

Guadalupe, la sobreviviente de la masacre de Acteal, externó: “En nombre de la sangre de nuestro hermano y compañero, exigimos a la Fiscalía General del Estado y al Poder Judicial que lleven a efecto un buen trabajo, y que se investigue no solo al autor material, sino a los que dieron la orden de matarlo”.

 

 

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