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Policía de Ensenada desaparece armas, patrullas, cargadores…

El capitán Adrián Ortiz Ortiz, jefe de la Policía municipal, reveló la desaparición de 847 cargadores, 10 armas –largas y cortas- y 30 patrullas

Escrito en ESTADOS el

ENSENADA.- Armas desaparecidas, patrullas en manos del crimen, cargadores y cartuchos sin usar pero tampoco sin aparecer, forman parte de las irregularidades al interior de la Policía de Ensenada. A decir de expertos, el tema podría evidenciar la infiltración del crimen organizado o, lo que es peor, el sometimiento de los uniformados ante la delincuencia.

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El capitán Adrián Ortiz Ortiz, director de Seguridad Pública Municipal, reveló que 847 cargadores, 10 armas -largas y cortas- y 30 patrullas desaparecieron dentro de la Policía de Ensenada.

En un informe, entregado a la Comisión de Transparencia y Rendición de Cuentas del Ayuntamiento, reveló que tan solo a Tijuana se le adeudan 10 mil cartuchos a su policía municipal, balas que no se sabe cuál fue su destino.

Dicho reporte lo entregó en una comparecencia el 7 de octubre, en el que señala, además que de los 838 elementos con que cuenta la corporación municipal, 113 tienen restricciones para la portación de armas, es decir, están desarmados.

Fotos Cuartoscuro

Ante tal panorama, el director de Seguridad explicó a los regidores que Ensenada vive una situación complicada en sí, ya que parte de la incidencia violenta que se registra en la ciudad (318 homicidios hasta el martes 13 de octubre de 2020) está relacionada con la pugna entre grupos criminales.

De acuerdo con una nota del semanario Zeta, se documentó la existencia de 847 armas cortas (208 en trámite de baja) y 501 largas (10 en trámite de baja). Sin embargo, como no localizadas se contabilizaron cuatro armas cortas y seis largas, así como 847 cargadores y otros 24 bajo averiguación.

En el apartado de observaciones, se especifica la “nula existencia de cargadores” y un adeudo de 10 mil cartuchos a la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Tijuana.

Asimismo, como parte de la revisión llevada a cabo por el director hay 123 patrullas en operación, 30 unidades de la Policía Municipal no fueron localizadas, otras 37 están en talleres, 22 ya fueron dadas de baja, 74 están fuera de servicio y una fue transferida; también hay 52 motocicletas y 10 bicicletas.


IRREGULARIDADES EN COMANDANCIAS

Después de realizar un recorrido por las 22 delegaciones municipales, Adrián Ortiz Ortiz denunció lo siguiente:

  • Displicencia total en el personal, falta de disciplina y respeto mutuo entre personal y las diversas jerarquías; entendida, pero no justificada renuencia y resistencia al acatamiento de órdenes.
  • Falta de supervisión en el personal desplegado, y, por ende, poca actividad y escasos resultados policiales; intereses y compromisos creados con diversos entes de la población.
  • Desempeño de policías en comisiones ajenas a su empleo, tales como comisariados ejidales, oficios y negocios, anteponiendo su interés personal al interés de los ciudadanos.
  • Falta de espíritu de cuerpo y sacrificio para el desempeño del servicio; el personal no contaba con credenciales actualizadas para el desempeño de sus funciones y actualización en la Licencia Oficial Colectiva.
  • Los delegados empleaban al personal de la Policía en actividades personales y particulares ajenas al servicio policial; los delegados empleaban las unidades de la Policía para su uso personal; condicionaban el suministro de refacciones y combustibles para el desempeño de sus funciones policiales.
  • Poca participación y preocupación de los delegados en el mantenimiento de las instalaciones para dar al personal de la Policía un alojamiento digno y con calidad de vida, argumentando no recibir recursos para tal fin.
  • Detección de incumplimiento a la Ley Federal de Armas de Fuego y Control de Explosivos, ya que el personal de Policía llevaba su armamento a sus respectivos domicilios particulares, poniendo en riesgo la revalidación de la LOC.
  • Carencia de municiones para su armamento; se detectó que personal de Policía empleaba las unidades para su traslado personal en horarios de descanso, incrementando el consumo de combustible.
  • Falta de control y seguridad en el resguardo de armamento, habiendo encontrado roperos empleados como armero.