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Pobladores huyen de la violencia en Guerrero

La mayoría de los desplazados son mujeres y niños quienes huyeron por miedo hacer asesinados por los grupos delincuentes que opera en la comunidad Tlaltempanapa

Escrito en ESTADOS el

CHILPANCINGO, Guerrero (La Silla Rota).- La cancha techada ubicada a la entrada de la cabecera municipal de Copalillo, es el actual hogar de 75 personas desplazadas de Tlaltempanapa, un pueblo de Zitlala invadido desde hace al menos un par de años por la violencia.

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Los 35 niños, 26 mujeres y 14 hombres adultos fueron expulsados por un grupo criminal asentado en el pueblo, según denunciaron algunos de los desplazados, después de caminar por horas por un camino que conecta a la Montaña baja, donde está ubicado Tlaltempanapa hasta zona Norte, donde se encuentra Copalillo. “Llegaron caminando desde la comunidad de Tlalcozotitlán (zona Norte)”, le comentó el alcalde panista del municipio de Copalillo, Julián Castro Santos, al exdirigente estatal del PAN, Carlos Millán.

Antes de este desplazamiento, Tlaltempanapa ya era conocido porque gente del grupo criminal de “Los Ardillos” se había asentado ahí. Lo que significó por mucho tiempo el paso casi nulo para Quetzalcoatlán, otro pueblo del municipio donde también se ha documentado el desplazamiento forzado. 

Zitlala es uno de los cinco municipios de la Montaña baja de Guerrero, zona considerada por las autoridades estatales como de elevada violencia por la disputad de territorio entre los grupos criminales de “Los Ardillos” y “Los Rojos”.

El exlíder estatal del PAN solicitó al gobierno del estado él envió de dos patrullas de la policía estatal para que resguarden la seguridad de las 75 personas en la cancha de Copalillo, por todo lo que implica escapar de la violencia. Es decir, que existe temor de la reacción del grupo criminal. “Llegó este jueves una brigada médica y nos enteramos de que hay varios niños enfermos”, comentó Millán.

El alcalde de Copalillo le dijo a su compañero panista que por la crisis financiera con que recibió la administración municipal, ve complicado mantener el apoyo a las familias desplazadas de Tlaltempanapa.

Los desplazados de alguna manera ya exhibieron la incomodidad que sienten por su desplazamiento, al denunciar que los alcaldes de Zitlala, Rogelio Ramos Tecorral, y el de Copalillo, Julián Castro Santos, no les han dado apoyo suficiente.

El ayuntamiento de Copalillo está dando de comer a las familias desplazadas y la Secretaría de Protección Civil estatal les entregó colchonetas.

Antecedentes del desplazamiento

En enero del 2016, en Quetzalcoatlán, comunidad vecina de Tlaltempanapa, seis personas fueron asesinadas. Unos hombres, mientras todos dormían, entraron al pueblo he hicieron una matazón a balazos y machetazos.

Las familias, apenas y enterraron a sus muertos, aunque hubo quienes también cargaron con ellos, se salieron, huyeron hacia la cabecera municipal de Zitlala.

Semanas después de que se documentó el desplazamiento, algunas familias regresaron al pueblo, pero con nuevas formas de vivir, como que se concentraron en las casas que rodean la Comisaría y la iglesia, o sea en el corazón de la comunidad, fueran suyas o no, para agruparse y estar más cerca en caso de otro ataque.

Cuando ocurrió la masacre, la gente de Quetzalcoatlán siempre señaló a los vecinos de Tlatempanapa de ser los responsables del ataque, y desde entonces rivalizan. Así han vivido los dos últimos años.


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