Tuxtla Gutiérrez, Chiapas (La Silla Rota).- Con el argumento de que el Hospital Básico Comunitario de Las Margaritas, Chiapas, carece de insumos, instrumental quirúrgico, personal capacitado, entre otros, alrededor de 600 integrantes de la organización “Luz y Fuerza del Pueblo” marcharon y se manifestaron, por algunas horas, frente a la alcaldía de ese municipio indígena.
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A pesar de que la entidad chiapaneca del Sureste del país aparece aún en “semáforo rojo” por el número de contagios y decesos por la pandemia, los habitantes inconformes, la mayoría sin cubrebocas y sin respetar la “sana distancia”, salieron a las calles para evidenciar que no solo ese virus, sino otras enfermedades como la tifoidea, dengue e influenza, han mermado la salud de la población.
Otra situación que les preocupa, evidenciaron, es que sin duda “el coronavirus fue inventado y financiado por la Fundación ‘Melynda Gates’ y la empresa ‘Johnson and Johnson’, en laboratorios de Inglaterra, para matar a los mayores de 60 años de edad (estorban al capitalismo porque ya no producen y significa una carga en asistencia social), o a los que están enfermos como de diabetes o cáncer”.
De hecho, lamentaron que las autoridades de Salud, encabezadas por José Manuel Cruz Castellanos, no atiendan la petición de mejorar y a la vez ampliar dicho nosocomio, cuya capacidad es apenas de 20 camas, insuficientes no solo para las comunidades de Las Margaritas sino para otros municipios de la región a los cuales atiende.
La situación se agudizó aún más en esta población luego del cierre indefinido del Hospital Rural del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de la localidad Guadalupe Tepeyac, de esta misma demarcación de la región Fronteriza de Chiapas, luego de que un grupo de indígenas golpeara, en junio pasado, al director del mismo, Miguel Ángel Palacios, a quien culparon por la muerte de una persona contagiada por covid-19.
Entre otros de sus justificantes para manifestarse, expusieron que el gobierno federal, a través de la Sader-Senasica mantiene a la mosca del Mediterráneo (Moscamed) para aprovechar a fumigar y de esa manera rociar líquidos en las plantaciones del campesino, y de esa manera destruir las producciones criollas, para de esa forma imponer los transgénicos.
Entre otras cosas, evidenciaron que de nada sirven programas como “Sembrando vida” si las propias autoridades del medio ambiente como la Profepa y la Semarnat permiten la deforestación no solo en Las Margaritas, sino en los ejidos Cipresal y Cabañas, en Motozintla; Altamirano, Ocosingo, San Cristóbal de Las Casas, entre otros.
Ante este panorama, los cientos de comuneros externaron que sienten temor de que haya más contagios y muertes en la región, “no deseamos tomar medidas extremas, ante los oídos sordos de los funcionarios que no actúan bajo su responsabilidad".
bl