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Pico de Oro, la comunidad tabasqueña que se quedó sin pescadores por culpa de Pemex

En septiembre de 2003 inició la pesadilla, con la prohibición de pescar en unos 17 mil metros cuadrados en la Sonda Campeche, donde hay plataformas petroleras

Escrito en ESTADOS el

CENTLA.- Las madres con los hijos se tienen que quedar solos durante un lapso considerable, a la espera de los padres, que migraron a pescar o trabajar en otras entidades del Golfo de México. “Es una comunidad temporalmente sin hombres”, reconocen los pobladores.

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Este poblado costero del municipio de Centla es un reflejo del impacto negativo causado por la industria petrolera en el litoral tabasqueño, que terminó con la actividad pesquera.

En septiembre de 2003 inició la pesadilla para los pescadores de Tabasco y Campeche, con la prohibición de pescar en unos 17 mil metros cuadrados en la Sonda Campeche, donde se ubicaban las plataformas petroleras; posteriormente la restricción se extendió con centenares de estructuras para la perforación y producción de pozos por todo el litoral.

Pero no solo fue el desplazamiento que sufrieron de su tradicional zona de pesca, sino que los constantes derrames de hidrocarburos terminaron con los peces, que dificultó la actividad pesquera de miles de hombres dedicados a esa tarea de dónde obtenían ingresos para el sostén familiar, asegura el viejo pescador José Del Carmen Arias Díaz.

Al terminarse la captura de peces, también la empacadora de pescado tuvo que cerrar, y los pescadores tuvieron que irse a otros lugares a trabajar.

 El problema se extiende a las poblaciones de pescadores de la costa y el litoral tabasqueño, “se han ausentado las especies de peces” a causa de derrames por la actividad de construcción de ductos y plataformas marinas en el Golfo de México, junto con la prohibición de pescar en una amplia zona de exclusión petrolera, donde no pueden navegar ni pescar.

 A inicios de este año, Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Secretaría de Marina (Semar), determinaron reforzar las medidas de seguridad en el Golfo de México, con la construcción y equipamiento de la Estación Naval de Búsqueda, Rescate y Vigilancia Marítima en Dos Bocas, Tabasco, para mantener alejados a los pescadores de las áreas cercanas a las plataformas petroleras ubicadas en el Golfo de México.

“Los marinos nos detienen con nuestras lanchas y nos trasladan hasta Ciudad del Carmen, donde se tiene que pagar multas, perder el tiempo y quedarnos sin ingresos”, denuncian los pescadores.

 Los pocos pescadores que existen, tienen que viajar kilómetros mar adentro, si desean realizar sus tareas de captura de especies marinas, sin ser detenidos. Pero es un gasto extra de combustible y a veces pescan poco y solo logran “sacar para la gasolina”.

La señora Wendy Mercedes relata que, al terminarse la fuente de ingreso en las costas de Tabasco, su esposo Felipe Antonio tiene que viajar a Puerto Progreso, Yucatán para emplearse en la pesca de pulpo, durante cinco meses, en ese lapso regresa cada mes a la comunidad de Pico de Oro.

En este poblado no existe otra fuente de ingreso, solo vivían de la pesca.

Por ello, cada mes de agosto, el esposo viaja a Puerto Progreso, Yucatán, para emplearse en los barcos para la captura de pulpo, durante cinco meses.

Este matrimonio joven, con un hijo de un año ocho meses, llevan de vivir de esa manera, los tres años que llevan de casados. Pero igual, la mayoría de las familias de esta comunidad pesquera. Otros migraron completamente a diferentes poblados de la costa y abandonaron este lugar.

Los vecinos recuerdan que por los años 84-85 eran pocas las plataformas petroleras en el Golfo de México, ahora frente a su comunidad, son decenas, “en la noche con las luces que tienen, parece que fuera una ciudad la qué hay frente al mar”.