Con el ingreso de 3 mil 600 pesos al mes como becario del programa federal Jóvenes Construyendo el Futuro, Pedro Lezama, pagaba parte de su maestría en Pedagogía. Un accidente por asignación de labores de alto riesgo y fuera de su centro de trabajo, le arrebató su proyecto de vida. El personal médico lo desahució. Ahora su familia está a la espera de que sus órganos vitales colapsen y fallezca.
“Nos ofrecieron trasladar a mi hijo otra vez a Oaxaca, pero el regresarnos implicaba regresarlo sin medicamentos ni nada. Sus dolores internos son tan fuertes que es preferible que esté sedado y que poco a poco el colapso de los órganos cause la partida de mi muchacho”, explica Alejandro Lezama, padre de Pedro quien hasta este jueves por la noche continuaba internado en el hospital Lomas Verdes del Estado de México.
Días atrás, médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Oaxaca le indicaron que no había nada más que hacer. Con una esperanza, la familia decidió trasladar a Pedro al hospital del Estado de México. “Pensábamos que tendríamos otro diagnóstico, sin embargo, fue el mismo: el daño fue muy severo en órganos vitales”.
El deterioro poco a poco hará que se vayan presentando fallas en todo su sistema hasta que finalmente el colapso lo lleve al fallecimiento.
Pedro, joven de 24 años de edad, egresado de la carrera de pedagogía, decidió ser becario de Jóvenes Construyendo el Futuro con la finalidad de continuar pagando su maestría, estudios que combinaba con el trabajo.
Aquella mañana -recuerda Alejando- sus dos hijos salieron a trabajar como cualquier día. Ambos eran becarios del programa federal. “Si alguien sabe cómo fue el accidente fue mi hijo mayor, él iba con Pedro, con mucha desesperación quiso sacar a su hermano de donde estaba prensado. Para él fue un impacto muy grande, tan es así que no sabemos cómo informarle del resultado de esta tercera laparoscopía exploratoria”, indicó.
El 19 de noviembre fue enviado fuera de su área de trabajo para repartir láminas en algunas colonias de Tuxtepec. Al pasar un tope, las láminas cayeron sobre Pedro, causando daño en páncreas e intestino delgado.
Fue precisamente antes del accidente que Pedro le contó a su hermano de las aspiraciones y metas que quería alcanzar después de la maestría. “Era un joven con muchas ilusiones. El dolor interno que traigo no se lo deseo a nadie”, recuerda su padre.
En los últimos días, Alejandro Lezama se enfocó a tratar de salvar la vida de su hijo por lo que la parte legal por la asignación de labores de riesgo las dejó en manos de otro familiar. Hasta el momento Alejandro sólo sabe que Pedro estaba registrado ante el IMSS como estudiante y no como trabajador afiliado a un programa del gobierno federal, además de que le asignaron actividades “no seguras” y fuera de su área de trabajo.
Si esto es cierto quiere decir que hay otra irregularidad en el programa, no podía estar dado de alta como estudiante porque acababa de egresar de la carrera de licenciado en pedagogía en una escuela privada de Tuxtepec
“Yo no califico el programa como bueno o malo, pero creo que falta supervisión. Lo que le pido al gobierno es vigilancia para que no ocurra otro accidente como éste, que con una negligencia una omisión, se cobra con la vida de mi hijo. Esos programas deben ser supervisados”
De acuerdo con información de la página Jóvenes Construyendo el Futuro, en Oaxaca hay 16 mil 522 hombres y 24 mil 206 mujeres como aprendices vinculados a un trabajo. El 58 por ciento están en el sector privado, el 39.2 por ciento en instituciones públicas y 2.8 por ciento en organizaciones sociales.