A casi 24 horas de los enfrentamientos entre fuerzas federales e integrantes del cártel de Sinaloa por la detención y posterior liberación de Ovidio Guzmán López, Culiacán amaneció con carros calcinadas, coches abandonados y negocios cerrados.
A pesar de que las autoridades estatales no activaron un toque de queda, la ciudadanía determinó este viernes permanecer en sus casas ante el temor de salir a las calles y se registre un nuevo ataque.
La ciudad de Culiacán luce este día con calles vacías, servicio de transporte con actividad mínima y poco flujo automovilístico.
Aunque las autoridades han informado que la calma regresará a la ciudad, Culiacán se encuentra en silencio.
De acuerdo con presidente de la Canaco Culiacán, Diego Castro, el 85 por ciento de los comercios se mantienen cerrados por el temor que se generalizó tras la jornada violenta de ayer.
Castro Blanco destacó que sin duda esto afecta a la economía de todos los giros porque se paralizaron desde la tarde de este jueves y continúa este viernes.
Con información de Línea Directa
kach