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Pasantes de Medicina de Oaxaca, entre abusos sexuales y precariedades

Alumnas pasantes de medicina denunciaron que la UABJO y la Secretaría de Salud les exigen no embarazarse ni ingresar embarazadas al servicio social

Escrito en ESTADOS el

Para nadie es un secreto que las y los médicos pasantes de las Facultades de Medicina que realizan su servicio social en distintas comunidades del país están propensos a sufrir violaciones a sus derechos humanos, toda vez que no hay una garantía ni de seguridad ni de salud.

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Pero hay dos factores que agudizan estas violaciones a estudiantes: ser mujer y la crisis sanitaria generada por una pandemia.

El pasado 7 de julio, alumnas y alumnos de la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), que están a punto de realizar su servicio social, denunciaron públicamente en medios de comunicación que, tanto la Universidad como la Secretaría de Salud de Oaxaca (SSO), les están violentando varios derechos reconocidos, lo que va en contra de los principios fundamentales de la casa de estudios y progresividad de los derechos humanos.

 

(Fotos Cuartoscuro)

Las alumnas pasantes de medicina denunciaron que ambas instituciones les exigen no embarazarse ni ingresar embarazadas al servicio social y, en consecuencia, a decir de una médica entrevistada por La Silla Rota, les hacen firmar una carta responsiva en donde la Universidad se deslinda por cualquier riesgo que puedan correr bajo esta condición.

En caso de que alguna llegue a embarazarse, las instituciones de Salud no aceptarán incapacidades, ni podrán renunciar, ni acceder a la oportunidad de tener otro ciclo de servicio social. Lo que, para colectivas feministas, viola los derechos sexuales y reproductivos de las estudiantes, “pues se priva la libertad de elección sobre su cuerpo y su vida”.

Un ambiente de abusos sexuales

Daniela, entrevistada por la Silla Rota y quién pidió que se le cambiara el nombre por miedo a represalias, es una estudiante de la Facultad de Medicina de la UABJO que recién terminó su servicio social a costa de humillaciones, un intento de abuso sexual y semanas de burocracia y agresiones por parte de las autoridades.

En septiembre de 2018, Daniela ingresó a realizar su servicio en una comunidad al sur de Oaxaca. Explica que durante el periodo del servicio social los abusos sexuales contra las médicas pasantes son constantes, tanto por parte de los pobladores, como por los mismos médicos o internos.

Una noche, mientras la joven estudiaba en su cuarto de descanso que se le asignó dentro de la clínica, fue víctima de un intento de abuso por parte del regidor de Salud en el municipio.

Mi cuarto estaba hasta la parte de atrás (de la clínica). No había forma de que alguien entrara. Entonces tocan a la puerta de mi cuarto de descanso y era el regidor de Salud que se había saltado la barda. Iba en estado de ebriedad y me decía que saliera (…) se puso muy agresivo y me quería agarrar a la fuerza

Tras la amenaza de Daniela de llamar a los pobladores si no se iba, el regidor tomó una ambulancia y huyó del lugar.

Inmediatamente Daniela pidió su cambio de clínica, la hicieron esperar semanas para su resolución, la cual fue rechazada por las autoridades. Sus familiares tuvieron que intervenir para lograr que fuera trasladada a otro lugar.

También habla de la vulnerabilidad y violencia sistemática contra la mujer en estos contextos.

Hay plazas, cuenta, que son asignadas únicamente a hombres, mismos que han estado involucrados en casos de acoso sexual o hasta violación en contra de mujeres.

Y asegura, que el machismo y la violación a los derechos impera en todo el proceso del servicio social.

En las comunidades también operan sin ninguna seguridad. Han denunciado acoso por los mismos pobladores, quienes van a “revisiones médicas” y estando en el consultorio comienzan a masturbarse frente a ellas, cuenta Daniela.

Además, platica, que en el Comité de Salud eran puros hombres y si ella o una enfermera o doctora pedía un favor las agredían, incluso físicamente.

Burocracia “misógina”

Daniela denunció las agresiones que recibió ante la Coordinadora de Servicio Social de la Facultad de Medicina, quienes la mandaron con el director del Servicio Social de la Universidad, Emilio Osorio Cruz; sin embargo, no ha logrado que le liberen su servicio.

No me han querido liberar mi servicio social aunque ya tengo las constancias de la jurisdicción y de las instituciones de Salud del Estado

En referencia a Emilio Osorio, la alumna señala que es un “misógino”, pues cuando una va a entregarle sus documentos, prefiere recibírselos a los hombres y no a las mujeres. “Te dice que los documentos son falsos y te los rompe”, dice.

Y aunque la Secretaria de Salud le ha asegurado que ya cumple con los requisitos para liberar el servicio, el director Emilio Osorio sigue negándole su derecho.

Se encarga siempre de hacerle la vida imposible a los alumnos. En vez de darle apoyo a los alumnos, nunca nos apoya

El servicio social en plena pandemia

La pandemia ha representado un riesgo para todo el personal de Salud que está en la primera línea contra el covid-19. Sin embargo, las y los estudiantes pasantes de medicina que realizan su servicio social son los más vulnerables y quienes trabajan sin ninguna seguridad y sin insumos de protección.

En la denuncia que hicieron las alumnas y alumnos en contra de las autoridades de la Secretaria de Salud, como de la Universidad, explican que son casi obligados a firmar una carta responsiva que exonera a estas instituciones de cualquier riesgo o situación derivada de la pandemia del covid-19.

En defensa, el director de la Facultad de Medicina de la UABJO, Luis Manuel Sánchez Navarro, dijo en entrevista para El Universal Oaxaca, que dichos requisitos provienen de la Dirección General Superior de Educación en Superior (DGSES), que es el organismo que emite los lineamientos de la utilización de los campos clínicos (plazas) a nivel nacional y para todas las instituciones.

Pero las condiciones van más allá de eso.

Daniela, quien ha estado en esa situación, asegura que en las clínicas y hospitales no hay condiciones para trabajar en el servicio social.

Sin mencionar la clínica en donde estuvo por miedo a ser identificada, cuenta que “en el Centro de Salud donde yo estuve no había medicamento, ni instrumental; a las pasantes, en verdad, una vive mucho lo que es el acoso sexual”, dijo.

Consciente de que el servicio social se realiza en apoyo a las comunidades que carecen de servicios, asegura que no hay ninguna condición para trabajar y mucho menos, seguridad para ellas.

Hay comunidades donde no tienen nada, hay precariedades, no hay ni alumbramiento ni seguridad

“Yo tenía que poner de mi bolsa para llenar el tanque de oxígeno. El municipio no te apoya ni para la limpieza del Centro de Salud”.

A las y los médicos pasantes se les asignan distintas plazas donde los “apoyos económicos” van de 300 pesos a 2 mil 100 pesos al mes.

La colectiva Feministas Oaxaca, en su postura como activistas defensoras de los derechos humanos, hicieron “un llamado puntual a las instituciones encargadas de velar por los derechos humanos, a que accionen y tomen las medidas necesarias de protección y garantía de dichos derechos de las alumnas y los alumnos prontos al servicio social como médicos y médicas pasantes”.

Y señalaron que “los derechos de las y los prestadores de servicio social de la Facultad de Medicina de la UABJO se encuentran establecidos, por lo que no se les puede exigir, de ninguna forma, firmar nada que implique la renuncia a los mismos.