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Parque Nacional Cumbres de NL, en riesgo por mancha urbana

Ambientalistas y especialista coinciden que la invasión de los desarrolladores en la Sierra Madre Oriental pone en peligro el área protegida en el estado

Escrito en ESTADOS el

Monterrey, N. L.- Ambientalistas, especialistas y vecinos continúan con lo que pareciera ser una infructuosa lucha por detener el deterioro por la desforestación de la Sierra Madre Oriental, principalmente en el área de Parque Nacional Cumbres, cuyo decreto de protección cubría 380 mil hectáreas, sin embargo, sólo quedan unas 130 mil ante la invasión de desarrolladores privados.

En los últimos años, la mancha urbana se ha extendido hacia lugares que antes no se pensaba que se podría vivir por lo inaccesible del terreno, tal es el caso de la zona de la Sierra Madre Oriental aledaña a la Meseta de Chipinque, en el municipio de San Pedro Garza García, donde lujosas residencias de acaudalados han sido edificadas.

“La deforestación de la sierra es criminal, las autoridades autorizan cambios de suelo, a ellos no les importa y se construyen edificios y casas, tenemos años de lucha y nadie nos hace caso”, dice Celina Cañada, activista y defensora de la Sierra Madre Oriental.

Como muestra, en la parte de San Pedro Garza García -conocida por ser hogar de acaudalados regiomontanos- residencias y edificios se construyen en lo alto de la sierra, hay acciones que generan la destrucción de la geología natural y se mantiene el peligro de desplome por pendientes y desniveles, explica Cañada que habita por debajo de la cuota permitida de construcción, con la complacencia de las autoridades de los tres niveles de gobierno.

Por su parte, el ecologista Guillermo Martínez Berlanga censura que el gobierno estatal haya buscado iniciar un proyecto de un corredor bajo el argumento de hacerlo ecoturístico, pero sin presentar una base de sustentabilidad. Se refiere a la conexión de Ciénega de González en el municipio Mágico de Santiago con la presa Rompe Picos en el de Santa Catarina, lo que representa un daño al ecosistema, pues dice ocasionará alteraciones por ruidos, pero lo principal, abrir las puertas a la invasión de un área del Parque Nacional Cumbres.

Recuerda que el Parque Cumbres que abarca ocho municipios ahora ronda en 130 mil hectáreas de 380 mil protegidas en 1939 por decreto del entonces presidente Lázaro Cárdenas.

A su vez, el ambientalista Raúl Rubio dice que se agrava el déficit de árboles que es de más de cuatro millones, y coincide con Martínez Berlanga y Celina Cañada en que, se busca apoyar a desarrolladores privados para que construyan en zonas protegidas; “una avanzada de lujo en el área que es uno de los principales abastos de agua”, añade.

“Serpientes, insectos, perritos de la pradera, y más, se afectan. No hay reservas ecológicas suficientes ni zonas protegidas que, entre zonas federales y estatales, pues en total suman un miserable 3 por ciento de toda la superficie de Nuevo León; pero a los desarrolladores no les falta pretexto para seguir la invasión”, menciona.

Celina Cañada, quien forma parte del Consejo del Atlas de Riesgo, de San Pedro Garza García recuerda que toda esta agresión a la Sierra Madre y al parque, motivó a que en la Facultad de Ciencias Forestales, de la Universidad Autónoma de Nuevo León, se desarrollara un proyecto de investigación con el nombre de Elucidación de niveles críticos de precipitación y contenido de humedad del suelo para prevenir desastres por deslizamientos de tierra en la Sierra Madre Oriental en el noreste de México, en el cual analiza este contexto.

Se trata de un proyecto en conjunto con la Universidad de Kyushu en Japón. De hecho, parte del instrumental como pluviómetros, sensores de humedad del suelo y un extensómetro han sido donados y enviados por ellos, además de otros instrumentales, pues el objetivo es monitorear y evaluar la estabilidad de puntos en laderas de bajo riesgo en la Sierra Madre Oriental, específicamente en la parte colindante con el Parque Chipinque.

“Las construcciones de casas y edificios han subido hacia la sierra, destruyendo (por los cortes realizados) algunos caminos, calles, la geología natural; impactando en la hidrología, pues todas las cuencas que están en este sector de la Sierra Madre se afectaron”, enumera Celina Cañada.

¿Todo está invadido, con qué argumento sustentable se les ocurre a estos burros partir el parque en dos? Deben tener basura en la cabeza, es un ecocidio adelantado”, intercepta Martínez Berlanga.

La lucha ha sido por décadas, pero más recientemente, en la primera quincena de enero de 2020, organizaciones ambientalistas y ejidatarios, alertaron de desmontes en el paraje conocido como La Huasteca, en el municipio de Santa Catarina, al poniente de la zona metropolitana de Monterrey.

El Parque Nacional Cumbres de Monterrey va desde el poniente metropolitano en Santa Catarina, pasa por el sur de San Pedro Garza García y Monterrey y luego va más al sur por los municipios de Santiago, Allende, Rayones y Montemorelos.

Junto a los ambientalistas, diversas organizaciones se han sumado a la defensa de la ecología y a la lucha por el medio ambiente. “Cada vez somos más y no tardamos en que nos tomen en cuenta y respeten el patrimonio”, advierte Martínez Berlanga.