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Paranoia del CJNG en Tierra Caliente; Clemente y su familia se exilian

El CJNG los acosa, los amenaza, lo mismo a padres que a hijos; decidieron dejar todo y buscar llegar a la frontera donde pedirán asilo a Washington

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Escrito en ESTADOS el

MORELIA.- Ya son cerca de 90 familias de la sierra de la Tierra Caliente michoacana las que han tenido que abandonar su patrimonio para evitar ser asesinadas por células del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que, dicen, “está excesivamente paranoico”.

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Esas familias huyen para no ser quemados, decapitados o desmembrados vivos. El CJNG ahora también incluye niños en su lista negra: les apuntan con lanzagranadas y fusiles.

La Silla Rota presenta historias de dos familias que han perdido todo y ahora buscan llegar, con vida, a la frontera norte para pedir asilo a Estados Unidos. Esta es la primera. 

Don Clemente no tiene palabras para describir lo que tuvo que vivir y que lo obligó a abandonar su patrimonio construido por 30 años.

“Es una cosa que no sé cómo decirle. Me iban a matar con todo y mis hijos”, expresa, con voz de llanto, el señor de 53 años de edad.

Narra que hace unos días, cerca de 40 personas fuertemente armadas y encapuchadas, que se identificaron como del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) entraron a su casa.

El trabajador de la construcción señala que esos hombres no tienen escrúpulos, pues no solo arremetieron en su contra, sino también contra sus hijos y su esposa.

Fotos Juan Manuel González

Ese día iban a empezar a cenar, cerca de las 9 de la noche, cuando ingresó el grupo armado a su casa.

A Clemente le apuntaron con cuernos de chivo y a su familia con lanzagranadas; le pidieron que fuera su cómplice, pero se negó, tajante. Después, los sicarios le exigieron que les diera datos e información de otras personas, pero “yo no tengo direcciones de nadie, ni me meto con nadie”, reitera.


“En ese momento sentí la muerte, señor; que me iba a morir con mis hijos”, recuerda el jornalero, al que al pasar los minutos se le quiebra la voz.

Cuenta que los sicarios ya habían ido otra vez a su vivienda y después regresaron, por lo que Clemente y su esposa tomaron a sus hijos y huyeron por la sierra. Dejaron todo para intentar salvar su vida; su hogar, la camioneta con sus herramientas de trabajo, su ropa y todo lo que habían construido por tres décadas.

Caminamos más de siete horas; a mi niña me la arrebató el río, aproximadamente de 1.40 metros de profundidad. Salvamos a mi niño, pero a mi niña sí me la quitaba el río (posteriormente la salvaron)

Dice que eso solo fue una parte de las inclemencias a las que tuvieron que oponerse, porque no tenían comida, ni dinero y eran perseguidos por el grupo criminal.

“Porque esos señores ya nos habían dicho que nos iban a matar y yo preferí huir, dejando todo en el rancho”, reitera el hombre, quien no deja de temblar.

El dolor más grande para Clemente, recuerda, es que se metieron con su familia. Asegura que sus niños no deben nada ni él tampoco.

El maestro albañil tiene bien presente que las amenazas de esa organización criminal han ido más allá del terror y a diario exhiben sus crímenes a sangre fría.

Recientemente, platica, quemaron vivo en esa zona a un hombre, al cual le prendieron fuego con alcohol, hasta que murió. Todo para sacarle información.

En la grabación se ve la manera en la que arde su cara y parte de su cuerpo; días antes, la decapitación de una mujer, también en vida y el desmembramiento de un joven.

De eso fue de lo que Clemente y su familia se salvaron, porque era su destino, pues consideran que es parte de la paranoia de los criminales.

Para Clemente, los delincuentes creen que todos son sus enemigos y teme que esos pueblos o rancherías se levanten en armas y se defiendan de ese acecho.

¡ME APUNTARON ASÍ!

El niño de 6 años de edad y su hermana de 11 son hijos de Clemente, fueron encañonados por integrantes de una célula criminal al servicio del CJNG.

Los menores narran cómo vivieron ese aterrador momento en el que estaban frente al grupo armado; con las armas en sus frentes. “Cuando llegaron unos encapuchados y me apuntaron, sentí que me iban a matar con un rifle”.

El niño apuesta a su memoria y escenifica, con sus pequeños brazos, la manera en la que los sujetos armados le apuntaron en la cabeza. Todavía tiembla de miedo.

Su hermana también recuerda ese momento en el que sintieron que los sicarios les arrebataban la vida. “Llegaron con un rifle, nos apuntaron a todos y por debajo traían bombas, los del Cártel Jalisco Nueva Generación. Sentí que nos iban a matar”, describe la niña.

La menor confirma que fueron amenazados y, eso no fue todo para ella, pues al huir, por la sierra, tuvieron que atravesar un río profundo y de fuerte corriente.

La niña no pudo nadar más y a medio cauce la corriente era tal que la arrebató de los brazos de sus padres; sin embargo, por segunda ocasión, logró sobrevivir.

LA PEOR PESADILLA

Para Verónica, esposa de Clemente y madre de los menores, lo que vivieron ha sido la peor pesadilla de su vida; un escalofriante sueño ya anunciado por los criminales.

Contó que luego de más de siete horas que caminaron por la sierra, pudieron llegar por fin a una ranchería donde les brindaron apoyo y los llevaron a un lugar seguro.

Ahora, viven refugiados y su lucha es llegar con vida a la frontera norte del país y buscar que las autoridades de Estados Unidos les den asilo político ante el acoso del CJNG.

Verónica no da crédito de lo que pasa con tanta impunidad en la región de Tierra Caliente y expresa su tristeza por el terror que vivieron sus hijos.

También le duele –agrega- dejar su tierra, su patrimonio y los sueños que juntos, como familia, habían construido.

Enfatiza que eso que padecieron es lo que muchas familias viven todos los días y que por ello, varias comunidades se han quedado ya vacías; pueblos fantasmas.

LA GUERRA DEL “MENCHO”

Esa zona de la Tierra Caliente ha sido controlada por la organización criminal de Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, quien busca apoderarse de todo Michoacán.

La sierra ha sido también un paso de armas, vehículos y sicarios para ese cártel, a pesar de los despliegues militares y de Guardia Nacional, que igual han sido emboscados.

Esa región está ubicada en los límites de Michoacán y Jalisco, donde el CJNG ha grabado escandalosos videos en los que muestran su armamento y la manera en la que asesinan.

Presumen sus armas, sus vehículos blindados y el poder económico que tiene este grupo criminal que ha incrementado sus ataques a la población, a fuerzas federales y estatales, así como a sus antagónicos.