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Pandemia exacerba pobreza y desigualdad en Cancún

En Cancún, decenas de historias deambulan en la zona conocida como “El Crucero”, pues de ser el paraíso, ha pasado a ser un comedor comunitario para la gente

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CANCUN, Q.ROO.- La pandemia por coronavirus ha avanzado por dos meses en Quintana Roo. La ciudad de Cancún, caracterizado por ser un destino turístico con oportunidades de empleabilidad y desarrollo de negocios, ha resultado gravemente afectado, la suspensión de actividades turísticas y de servicios ha lacerado principalmente a trabajadores que perdieron sus empleos y familias que obtienen recursos diarios a través de actividades ambulantes y trabajo informal.

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En Cancún, decenas de historias deambulan en la zona conocida como “El Crucero”, zona comercial del destino turístico recién remodelada, espacio donde centenas de trabajadores de la construcción, plomería, electricidad y comerciantes esperan diariamente conseguir un empleo que les permita llevar dinero a sus casas. 

Por la pandemia de covid-19, la zona del crucero se encuentra cerrada, vigilada por policía de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), y más adelante, en la zona de comercios llamado “El Parián”, hacen fila decenas de personas, con trastes de yogurth en mano, platos desechables y tuppers, con la oportunidad de conseguir un plato de comida que dona la asociación civil Formando Altruismo con Valor (Forava).

El comedor comunitario existe desde hace un año y medio, normalmente atendían a 40 personas diariamente, principalmente de personas que se encuentran en situación de calle y personas con algún tipo de discapacidad o adultos mayores, sin embargo, desde el inicio de la pandemia en marzo de este año, el comedor recibe más de 200 personas diarias. 

Cada semana acuden por una comida o desayuno más de mil personas, además en estos últimos meses incrementó la población infantil, ya que acuden madres de familia acompañadas con las y los menores, también hombres obreros que con mochila de herramientas esperan en la zona del Crucero, para solicitar apoyo alimentario, explicó para La Silla Rota,  Gladys Ojeda, presidenta de Forava A.C. 

De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación  de la Política de Desarrollo Social (Coneval) de 2018, el 27.6% de personas en Quintana Roo, equivalente a 474 mil 833 personas viven en situación de pobreza. Las condiciones de desigualdad social también se manifiestan en el acceso a la alimentación, ya que en la entidad al menos el 17.9%, equivalente a 308 mil 700 ciudadanos tiene dificultades para conseguir alimentos.  

“Esta situación es muy preocupante, hay personas que no les llegó las despensas de gobernación por varios factores, aquí las historias son, me corrieron de la casa, ha aumentado las personas en calidad de calle, vienen sobre todo los varones, que vienen con la mochila, es muy triste, cargan sus sueños, sus pertenencias, cargas sus ganas, el que es obrero, carga sus herramientas, con la esperanza que en el andar les caiga un trabajo de lo que sea”, dijo la presidenta de Forava. 

Gladys Ojeda agregó que están inscritos al Banco Nacional de Alimentos que les permitía recibir productos en especie para dar alimentos a las personas, sin embargo, por la pandemia de covid-19 los centros de hospedaje se encuentran cerrados y no ofrecen nuevos víveres. Agradeció a todas las personas que han donado alimentos en las últimas semanas de la pandemia, lo que ha permitido dar comidas diarias a miles de personas en Cancún. 

(Gladys Ojeda)

Comedor comunitario, una esperanza ante la pandemia

Con un tupper lleno con arroz y comida en caldo, esperaba en las banquetas de la zona comercial “El Parián” la señora Norma de 44 años, a que personas pasen para vender las bolsas tejidas que hace a mano, como una forma de adquirir ingresos que le permitan llevar dinero a su hogar.

Norma García cuenta haber llegado a Cancún en octubre de 2019, con la esperanza de reunir dinero con su esposo y en diciembre regresar a  Macuspana, Tabasco, para ayudar a su familia. Al llegar consiguió empleo en el banco Banorte como personal de intendencia y su esposo en una obra de construcción.

“En Macuspana, Tabasco, no hay trabajo como veo acá, pero pues mi hermana nos invita a venir, teníamos poco tiempo de estar acá cuando sucedió todo esto de la pandemia del covid-19”, dijo Norma.

Sin embargo, al iniciarse la pandemia en marzo, ambos perdieron el empleo. El dinero comenzó a escasear, los pagos a acumularse,  la casera de la cuartería donde actualmente viven les ha solicitado pagos que no han logrado cubrir por la falta de empleo y ya han tenido amenazas de desalojo. Ante las recomendaciones de las autoridades de permanecer en aislamiento para evitar la propagación del virus, Norma intentó quedarse la mayor parte del tiempo en su casa, sin embargo, la necesidad de conseguir recursos para sostener a su familia, la ha orillado a salir, conseguir hilos y crear bolsas tejidas para vender y llevar dinero a casa diariamente. 

“Empezamos a carecer de cuestión económica, porque ya no tenemos trabajo, a raíz de eso, todos nuestros ahorritos, nosotros venimos acá con un propósito de tener una casita, pero pues todo lo poquito que teníamos todo se nos ha ido acabando y de hecho ahorita tengo que tejer, hago bolsas tejidas, no pierdo el tiempo, porque ahora es valioso, para sostener a mi familia, porque ahora no hay, aparte la señora de los cuartos de la renta nos está pidiendo el dinero pero pues con que le pagamos, si yo con lo que consigo de estas bolsas que vendo agarramos para la comida y lo necesario nada más”, dijo Norma.

Norma se enteró del comedor comunitario a través de vecinos, ha ido en dos ocasiones y reconoció que este apoyo ha servido para sobrevivir en días de dificultad, ya que no recibieron el apoyo de despensas que ha otorgado el gobierno de Quintana Roo. 

La madre de familia comentó que durante esta contingencia sanitaria ha sido testigo de varias personas que ha conocido que ante la desesperación por la falta de trabajo y dinero, entran a robar en los supermercados para llevar alimentos a sus familias y son detenidas.

“Si es una situación desesperante porque pues a dónde vas, nosotros venimos con una ilusión aquí de tener un dinerito, muchas personas viajamos a ver a nuestras familias en diciembre y llevar un sencillito, pero lo que se ve va a ser difícil. Las que somos madres no podemos dejarnos decaer porque tenemos que buscar el sustento para darle de comer a nuestros hijos, no nos podemos quedar ahí a esperar que el gobierno nos de la despensa, tenemos que seguir luchando de frente porque somos guerreros y lo que nos motiva a levantarnos son nuestros hijos”, dijo.

Las donaciones se reciben en especie en la zona conocida como “El Crucero” o comunicándose directamente en redes sociales de Facebook como Forava A.C


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