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Pandemia "desnuda" el abuso sexual contra niñas y niños en Chiapas

En un mes la fundación Granito de Arena atendió casi 40 niñas y niños que fueron abusados sexualmente; regularmente, no superaban los 15 casos en el mismo lapso

Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ. - Jimena y Beatriz son dos niñas chiapanecas de 5 años de edad que, por varios meses, fueron abusadas sexualmente por familiares cercanos. Producto de ello, ambas fueron infectadas por el Virus del Papiloma Humano (VPH) y, en la actualidad, no solo están afectadas en la parte emocional, sino en la física pues los dolores son intensos e insoportables.

Hay otro caso como el de Rosaura, de 7 años y también originaria de esta entidad del sureste del país.  Hace poco, Rosaura  se armó en valor y le dijo a su madre que ya estaba cansada de ser víctima de tocamientos en su vagina y otras partes de su cuerpo por parte de un pariente cercano.

Para la Fundación Internacional “Granito de Arena”, la cual brinda desde hace al menos una década acompañamiento psicológico, legal e incluso médico para la niñez que ha sufrido ese tipo de violencia, la pandemia, sin duda, “desnudó” la cruel realidad que se vive en Chiapas y las cifras lo avalan: en un mes (periodo de confinamiento), han atendido hasta casi 40 infantes, la mayoría del género femenino, cuando por lo regular no superaban los 15 casos por el mismo lapso.

De acuerdo con la Fiscalía General del Estado (FGE), el año pasado recibió cerca de 800 denuncias de padres y madres cuyos hijos fueron abusados sexualmente (de cada decena de quejas, 8 son de niñas). No obstante, para “Granito de Arena” esta cifra se queda corta comparada con la realidad, pues solo el 2% de los abusos de esta índole son denunciados.

AUMENTAN LAS DENUNCIAS 

Según Elena Torres Villanueva, presidenta de esa AC, cada año hay un aumento de alrededor del 15 por ciento de denuncias ante esa instancia, pero si hay algo que tiene que reconocer, pese a la desgracia, es que durante el tiempo de cuarentena por la covid-19 muchas mamás o papás se han dado cuenta de que sus hijas sufren una situación de esa magnitud. Las regiones Altos, Costa y Soconusco están consideradas como “focos rojos” por esta problemática.

“Dentro de todo, el encierro no ha sido tan malo, pues los padres pueden detectar cuestiones que antes obviaban por la misma razón de que sus hijos quedaban con familiares u otros conocidos mientras salían a laborar”, destaca.

Donde es más complicado incidir es en las zonas rurales, debido a que hay un alto porcentaje de abusos contra infantes. Tan es así que el famoso “sexting” y “grooming” ya llegaron a esos terrenos, con el perverso fin de obtener fotografías de infantes sin ropa.

Es decir, aclara que este fenómeno ya no es exclusivo de las ciudades grandes como Tuxtla Gutiérrez, Tapachula o San Cristóbal de Las Casas, sino de municipios indígenas como Aldama u otros de la Selva como Benemérito de las Américas.

La última estadística que reveló un dato duro y que incluso colocó a Chiapas en el primer lugar de tocamientos inapropiados a niños y niñas fue en el 2012 por parte del entonces Instituto Federal Electoral (hoy INE), a través de su Encuesta Infantil y Juvenil. Sin embargo, en 2015 dicho estudio se canceló y para el 2018 el entonces INE sí la celebró pero eliminó las preguntas inherentes a ese tópico.

GOBIERNO DE MANUEL VELASCO CUBRÍA PEDERASTAS

Aunque poco a poco la gente se atreve a denunciar este tipo de hechos, para “Granito de Arena” ha sido una tarea titánica, sobre todo porque en la pasada administración, que encabezó Manuel Velasco Coello (hoy senador), prácticamente había un “blindaje” especial para proteger a los pederastas o pedófilos. 

Antes, agrega, se giraban las órdenes de aprehensión pero se le daba el tiempo necesario al imputado para que se escapara, por lo que la mayor parte de los casos quedaron en la impunidad, con dictámenes mal elaborados. “Era indignante lo que se vivió”, recuerda. 

Incluso, resalta que ella misma sufrió una especie de persecución por la labor que realizan con “Granito de Arena”: desde ser vigilada, hostigada, acosada o hasta padecer allanamiento a su propiedad. 

En la actualidad, resalta Elena Torres, es diferente porque incluso, en los acompañamientos que efectúan, han “palpado” la justicia con sentencias condenatorias de hasta 5 décadas de cárcel para los abusadores, entre otros avances en la materia que ya no dejan tan desprotegidos a los niños y niñas chiapanecos.

Es más, añade, la FGE no “suelta tan fácil” a los presuntos violadores o abusadores, a quienes no les da el tiempo para apelar porque ya tienen encima otra orden de aprehensión, y de esa forma no se huyan.

De los diferentes casos de las niñas antes mencionadas: Jimena, Beatriz y Rosaura, en uno de ellos inclusive la autoridad ya giró una orden de aprehensión en contra del abusador sexual. “Estas niñas, por el VPH, gritan de dolor, y eso es terrible”, lamenta la joven activista.

Pero el panorama es más “grisáceo” para las niñas abusadas y con enfermedades de transmisión sexual: son pocos o nulos las y los especialistas que las quieren atender, es decir no desean involucrarse o si les recetan el tratamiento, lo hacen sin revisarlas. 

Con base en la información de “Granito de Arena”, donde se tiene que poner especial atención es en Tapachula, donde los niños y niñas son utilizados como mercancía sexual, “disfrazados” como vendedores de dulces.

“Vivimos en una realidad complicada, en Chiapas hay una sociedad permisiva a la violencia, sobre todo en contra de los infantes, por eso digo que las cifras de casos de abusos son muchos más”, remata.

EL ABUSO SEXUAL EN NIÑOS

+Un pederasta abusa sexualmente, durante toda su vida, de al menos 60 niños y niñas.

+México ocupa el primer lugar mundial en producción y distribución de pornografía infantil, según la Ecpac de Estados Unidos

+Según la PGR, solo en el año 2013 detectó más de 13 mil cuentas en México dedicadas a la creación de pornografía infantil

+Según la Policía Cibernética, en México 2 o 3 de cada 10 niños y niñas son acosados de manera digital


Los nombres de las niñas que aparecen en texto periodístico son ficticios, con la intención de proteger la integridad de quienes sufrieron abuso sexual


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