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Obispo de Oaxaca sobrevivió a 11 ataques pero lo mató la covid

Arturo Lona Reyes, obispo emérito de la diócesis de Tehuantepec, murió por complicaciones de covid-19 justo en la víspera de su cumpleaños 95

Escrito en ESTADOS el

OAXACA.- El obispo emérito de la diócesis de Tehuantepec, en Oaxaca, Arturo Lona Reyes, conocido como "El obispo de los pobres" por su ayuda a los desprotegidos, murió este sábado a los 94 años debido a complicaciones asociadas a la covid-19. Había sobrevivido a 11 atentados.

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"Oficialmente comunicamos el fallecimiento del padre obispo, Arturo Lona Reyes, conocido como el Obispo de los Pobres. Ha vuelto a la casa del padre celestial, bajo la intercesión de María Nuestra Madre", escribió el presbítero Joaquín Galván, encargado de Salud Sacerdotal de la diócesis de Tehuantepec para informar del deceso.

Justamente su apego a las causas sociales originadas por la desigualdad social, su solidaridad con las comunidades indígenas, así como su labor para defender los derechos de las comunidades indígenas, en un estado que ocupa los primeros índices de pobreza y marginación en México, le valieron el sobrenombre.

La muerte de Lona Reyes fue sentida por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

"Lamento mucho el fallecimiento del obispo Arturo Lona por su trabajo ejemplar en favor de los más pobres", apuntó López Obrador en redes sociales.

Recordó que el obispo lo visitó en el Palacio Nacional de Ciudad de México, el 26 de febrero de 2019 y ese día, el mandatario publicó una fotografía de su encuentro con Lona Reyes.

Fotos Cuartoscuro

"Hoy tuve una conversación con un auténtico cristiano, el obispo católico del Istmo de Tehuantepec, Arturo Lona", escribió en aquella ocasión el presidente.

Debido a complicaciones en la columna vertebral, Lona Reyes fue internado el 10 de octubre en el Hospital Medica Azul en Lagunas, Oaxaca, en donde dio positivo al coronavirus, situación que comenzó a agravar su estado de salud, además padecía diabetes, lo que en conjunto provocó su muerte.

VOCACIÓN

El religioso tomó los hábitos en 1952 y el obispado en 1972 en la Catedral de Tehuantepec para ejercer una devoción determinante a favor de los más necesitados.

Gracias sus impulso y la ayuda a los necesitados logró crear dos cooperativas de producción de café orgánico y una más de ajonjolí, cuyas exportaciones tiene como destino Europa y cuyas ganancias se reparten entre los productores originarios de la zona que el obispo convirtió en socios.

En educación su legado queda para beneficio de la juventud zapoteca a través de 15 bachilleratos maristas y una universidad indígena que ya cuenta seis generaciones de egresados.

Pero además de su ayuda social, Lona Reyes enfrentó a los cacicazgos de la región como en la selva de los Chimalapas, en donde condenó la tala ilegal e inmoderada y se dio tiempo para apoyar la resistencia de los pueblos originarios en contra de la industria minera y eólica en la región del Istmo de Tehuantepec.

Durante la contingencia que provocó el sismo de magnitud 8,2, el 7 de septiembre de 2017, considerado el más fuerte de los últimos 100 años, la participación del obispo fue un aliciente para los damnificados que de acuerdo con las autoridades estatales fueron más de 60,000.

"Una lona para Lona" se le oía decir al obispo Lona Reyes cuando solicitaba a los benefactores que enviaran lonas a Juchitán de Zaragoza, para que los damnificados se resguardaran de las intensas lluvias que siguieron al terremoto.

Arturo Lona Reyes fue declarado era obispo emérito de Tehuantepec desde hace 20 años y este 1 de noviembre, cumpliría 95 años de edad. En los próximos días se oficiarán misas en las diócesis de Oaxaca en su memoria.

LAS AMENAZAS

El Obispo Lona Reyes junto con el arzobispo de Antequera Oaxaca, Bartolomé Carrasco Briseño, y el obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz García, aplicaron la Teología de la Liberación en la zona Pacífico Sur que les valió el hostigamiento y hasta persecución de las autoridades eclesiásticas.

Sin embargo, nunca dejaron de abanderar las causas de los pobres, de los indígenas, de las mujeres.

Situación que les valió también el acoso de las autoridades y se llegó hasta las amenazas de muerte.

Lona Reyes en particular sufrió 11 atentados por encabezar manifestaciones de apoyo a migrantes, la resistencia de indígenas a megaproyectos y la lucha contra cacicazgos políticos e invasiones en territorio de los Chimalapas.

El caso más reciente fue en septiembre de 2015 cuando la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca ordenó la aplicación de medidas cautelares al obispo emérito de Tehuantepec.

Ante la nueva amenaza de muerte ahora de parte de presuntos invasores chiapanecos que pretenden asentarse en el territorio de los Chimalapas.

Según el prelado, ese año recibió una llamada en su teléfono celular, cuyo número no reconoció, en la que su interlocutor le advirtió que: “si vuelve a ir a San Francisco la Paz lo van a matar”.

 

Con información de EFE y Chiapas Paralelo