TUXTLA GUTIÉRREZ.- Médicos Sin Fronteras desplegó esta semana un equipo de emergencia en Tapachula para proporcionar asistencia médica, psicológica y de trabajo social donde según las autoridades se aglomeran alrededor de 40 mil personas migrantes.
Dieron a conocer que, un primer equipo de evaluación acompañó a la caravana de unos 500 migrantes que la madrugada del pasado 04 de septiembre partieron hacia el norte del país.
En Tapachula han realizado curaciones de heridas en los pies a varias personas y han tratado a pacientes por deshidratación, dolores de cabeza, musculares y atendió un caso de hipoglucemia.
“Estas personas se encuentran con pocas alternativas de albergue, hacinadas o en situación de calle con condiciones sanitarias precarias y riesgo de contagio por la Covid-19”, afirmó Christoph Jankhöfer, coordinador del proyecto de migrantes de MSF en México.
“Nos preocupan los cuadros de ansiedad, depresión y desesperanza que presenta la población ante la falta de respuesta de las autoridades”.
Los migrantes en Tapachula, provenientes de países como Honduras, Guatemala, El Salvador, Venezuela, Haití o Cuba, y una parte significativa de ellos mujeres y niños, están en el limbo desde hace meses a la espera de la resolución de su estatus migratorio; otros cruzaron recientemente la frontera con Guatemala, también están quienes fueron deportadas por Estados Unidos a la frontera norte de México y después trasladadas al sur del país por las autoridades mexicanas.
EN REYNOSA VIVEN SITUACIÓN SIMILAR
Médicos Sin Fronteras señalan que en una situación similar a la que se vive en Tapachula se hallan las más de 2 mil personas provenientes principalmente del norte de Centroamérica y que viven en carpas de campaña en Reynosa, Tamaulipas a unos 200 metros del puente internacional que une esta ciudad mexicana con la texana Hidalgo, expuestas a un calor inclemente, sin acceso adecuado a los servicios básicos y en grave riesgo de seguridad.
En la Plaza de la República de Reynosa hay apenas 18 sanitarios públicos disponibles, o sea uno por cada 110 personas, aproximadamente, y quien quiera bañarse o lavar la ropa debe pagar 10 pesos mexicanos (medio dólar) para usar las duchas y los fregaderos por máximo 10 minutos. El agua potable (que a veces escasea), la ropa, los alimentos, las colchonetas y carpas y las medicinas y consultas médicas han sido provistas por la sociedad civil.
“Como vienen huyendo de sus países de origen, la única opción que han tenido es intentar solicitar el asilo desde acá y esperar indefinidamente a que se lo aprueben, mientras sobreviven en condiciones deplorables”, aseguró Anayeli Flores, responsable de asuntos humanitarios de MSF en Reynosa.
“Ni el gobierno mexicano ni estadounidense brindan apoyo, pese a que sus políticas restrictivas son las que mantienen a estas personas en condiciones de vulnerabilidad, violando el derecho internacional a solicitar refugio”.
En Reynosa, Médicos Sin Fronteras brinda consultas en salud primaria y salud mental, orientación a través de trabajadores sociales y apoyo en el abastecimiento de agua potable. Entre marzo y agosto de este año, se llevaron a cabo 902 consultas, siendo las afecciones de carácter respiratorio, digestivo y cutáneo las más recurrentes, todas ellas relacionadas con el grave hacinamiento y falta de higiene.
esc