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Niños migrantes festejan día del niño en la frontera norte

Durante su estancia en la frontera, los niños disfrutan actividades para celebrar el 30 de abril, realizando actividades como pintura y baile

Escrito en ESTADOS el

Tijuana.- Sin importar el idioma o la distancia, Joventa, una menor migrante de dos años, disfruta su niñez con plenitud en uno de los múltiples festejos que realizan en esta frontera de México; la más transitada del mundo.

Originaria de Haití, y acompañada de su madre, quien prefirió guardar el anonimato, así como de otras compatriotas, la menor recorrió el patio del Centro Cultural Tijuana (Cecut), donde organizaron uno de muchos eventos para festejar el Día del Niño.

Establecidos temporalmente en la casa Madre Asunta, la pequeña disfrutó actividades expresamente organizadas para celebrar anticipadamente el 30 de abril. Ahí, la pequeña pintó y bailó a diferentes ritmos, con las muestras artísticas que presentaron.

Como una forma natural de adaptación, Joventa sonreía y aplaudía entre los asistentes, integrándose como cientos de haitianos que llegaron a Tijuana con el sueño de pedir asilo en Estados Unidos y empezar una nueva vida, pero al final optaron por permanecer aquí.

Así lo manifestó la madre de la menor, quien prefirió omitir su nombre, pero explicó que también ella, junto con su esposo y la bebé, intentarán solicitar asilo, razón por la que llegaron a esta ciudad fronteriza hace poco más de un mes.

En entrevista con Notimex, la joven mujer señaló que antes de llegar a Tijuana, ella se dedicaba a las labores del hogar, a la vez que estudiaba; en tanto que su esposo, quien viajó meses antes, realizaba diversos trabajos.

Con su poco dominio del español, reconoció que al principio para ellos no fue fácil adaptarse, pero la calidez de los ciudadanos, le han dado tranquilidad y confianza para permanecer el tiempo necesario antes de ingresar a territorio estadunidense.

Y es que, aseguró, la familia que tienen en Estados Unidos los espera para apoyarlos y echar raíces en un lugar donde puedan conseguir, tranquilidad y un mejor nivel de vida, sobre todo para Joventa.

Mientras tanto, la pequeña disfruta jugar con los demás niños del albergue, entre ellos algunos otros haitianos, y sin saber las dificultades que han enfrentado sus padres para llegar hasta Tijuana, ella es feliz, por el simple hecho de permanecer unidos.

Sonriente, la pequeña se despide mientras se aferra al globo que recibió en el evento y baila al ritmo de la música, mientras aborda el autobús que las transportará de regreso al lugar en el que temporalmente permanecen.