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Nicolás, el niño de Oaxaca que se recupera de leucemia... en EU

Luego de que a Nicolás le detectaran leucemia a los dos años de edad, en 2016, los padres comenzaron a sufrir las precariedades del sector salud en México, por lo que su única salida fue viajar a Estados Unidos para recibir el tratamiento que le salvaría la vida

Escrito en ESTADOS el

A Nicolás le diagnosticaron leucemia linfoblástica aguda cuando tenía sólo dos años y ocho meses de edad. Su esperanza de vida era baja debido a lo agresivo de la enfermedad y se desvanecía aún más por la carencia en su estado del sector salud en especialistas, medicinas y equipo para su pronta atención.

Heydi Pérez Martínez y Víctor Hugo Vargas García, originarios de Oaxaca, estaban dispuestos a hacer todo por evitar que su hijo muriera y se refugiaron en Estados Unidos en donde, luego de tocar puertas y tras un trasplante de médula, Nicolás, hoy de seis años de edad, se recupera de manera exitosa.  

El caso de Nicolás se remonta a 2016, hecho que evidencia la crisis del sector salud, que actualmente mantiene a cientos de niñas y niños con cáncer, en peligro de muerte.

 

Nicolás 

“Hemos visto las noticias en la televisión, en redes sociales, he tenido contacto con algunas mamás para preguntar cómo van las cosas. Desde acá vemos muy difícil el panorama porque nosotros lo vivimos. El hecho de que te falte un medicamento es fatal porque los ciclos de quimioterapia tienen que completarse en tiempo y forma porque si no es así el riesgo de morir es alto”, expresa Heydi Pérez.

El 28 de enero de 2016 su hijo Nicolás fue diagnosticado con leucemia y remitido a la Unidad de Especialidad de Hematología San José en el estado de Puebla en México. Ahí estuvo durante diez meses y posteriormente fue dado de alta. A los pocos días recayó debido a sus bajas defensas. Nicolás ya era candidato para trasplante de médula, pero los constantes problemas pulmonares se lo impedían.  

“Cuando Nicolás tenía problemas pulmonares necesitábamos una tomografía y un especialista, en el IMSS no había neumólogo pediatra en ese momento, nos estaban dando la cita para tres meses después. En Puebla tampoco había espacio. Las condiciones eran muy difíciles, tuvimos que recurrir a un médico particular, comprar medicamentos que el sector público no cubría y cada vez era más complicado”, recuerda.

La médica que atendía a Nicolás sugirió probar con un tratamiento más agresivo de quimioterapia pues consideró que no soportaría el trasplante. Así lo hicieron, pero al no albergar muchas esperanzas con el tratamiento decidieron partir hacia Estados Unidos a jugarse el todo por el todo.

Nicolás y Víctor Hugo Vargas

“Fue el miedo a quedarnos y tener que verlo morir. En el piso en donde estaba todos los de hematología nos tocó ver fallecer a los niños porque estaban entubados y el ventilador no servía, porque en las cuestiones de cuidados no estaban al alcance de los doctores, porque la estructura era muy limitada, no había un aislado especial. Los doctores dan todo lo que está a su alcance, pero cuando no hay infraestructura no se puede avanzar”, explica.

A su llega a Estados Unidos la situación no fue tan fácil, tuvieron que tocar puertas para que Nicolás fuera atendido. “Nosotros implorábamos que lo recibieran en el hospital porque era ingresar o regresarnos a Puebla. En el camino nos fuimos encontrando personas que nos ayudaban empezando por nuestros familiares y amigos que nos respaldaron económicamente y después con asociaciones que aportaban para nuestros gastos”.

En mayo de 2017 Nicolás recibió el trasplante y actualmente su estado de salud es bueno, no obstante que tienen muchas necesidades médicas como son citas periódicas con hematología, oftalmología y neumología.

“Nicolás está en revisión desde hace casi tres años, no hay cáncer en este momento en su cuerpo. Sigue con todos los cuidados, pero en este momento ya no tiene cáncer”.


Actualmente Nicolás tiene seis años y va en el último lugar de kínder. “Creo que todas las mamás piensan que sus hijos son muy especiales y así es Nicolás. Él ha vivido entre hospitales, jeringas, quirófanos, pero ha sido muy maduro al enfrentar la enfermedad. Al principio no la entendía, pero conforme avanzó el tiempo comprendió que tenía que luchar. Él me dice: tengo que vencer a los monstruos de la médula”.

El pasado miércoles en la Ciudad de México, padres y madres de familia de pacientes con cáncer se manifestaron para denunciar la falta de medicamentos para la atención en el sector salud. En Oaxaca, el desabasto comenzó a ser grave desde noviembre del año pasado en el Hospital de la Niñez Oaxaqueña. La problemática fue denunciada por madres de familia quienes por ser de escasos recursos corren el riesgo de abandonar el tratamiento de sus hijas o hijos porque no tienen dinero para costearlos.


(Brenda Lugo)