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Muere otro padre de normalista desaparecidos en Iguala

Al momento de la sepultura uno de los egresados de la Normal Rural de Ayotzinapa comentó que Tomás Ramírez falleció sin que el Estado hiciera justicia

Escrito en ESTADOS el

CHILPANCINGO, Guerrero (La Silla Rota).- Tomás Ramírez Jiménez, padre de Julio César Ramírez Nava, uno de los tres normalistas de Ayotzinapa asesinados la noche de Iguala, murió y fue sepultado este domingo en Tixtla. Su muerte fue a causa de la diabetes que padecía. Nunca encontró la justicia para su hijo.  

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A la medianoche del 26 de septiembre de 2014, Julio César Ramírez Nava fue asesinado junto a Daniel Solís Gallardo y Julio César Mondragón Fontes en el cruce de la calle Álvarez y Periférico Norte en Iguala, cuando un grupo de sus compañeros, minutos antes atacados por policías municipales, daban una conferencia de prensa para denunciar los hechos. El muchacho cursaba el primer año de la licenciatura de educación primaria en la Normal Rural.

Hace 50 meses, Tomás sepultó a su hijo. 

En enero de 2015, la salud de Tomás comenzó a deteriorarse. Él y su esposa Bertha Nava Martínez, estaban en el movimiento que encabezaron los padres de los 43 normalistas desaparecidos en su búsqueda, y para exigir la justicia por el crimen de su hijo y de los otros dos estudiantes.   

“Allá te voy alcanzar, ahorita estás ya con nuestro flaquito”, dijo Bertha abrazada del ataúd con el cadáver de su esposo. Tomás falleció la madrugada del sábado en su casa, ubicada en el barrio de El Santuario, en la cabecera municipal de Tixtla.

Al momento de la sepultura en el panteón municipal, uno de los egresados de la Normal Rural, comentó que Tomás falleció sin que el Estado hiciera justicia por su hijo y los demás jóvenes asesinados y desaparecidos.

El abogado de los padres de los 43 normalistas desaparecidos, Vidulfo Rosales Sierra, denunció en el mismo contexto del sepelio que existe un desgaste físico y de salud en muchos padres de los normalistas, a causa de todos los años de movimiento en busca de la justicia. “Hay 16 padres que están sumamente enfermos, unos tienen hipertensión arterial y otros diabetes”, comentó.

 

El 4 de febrero pasado también murió doña Minerva Bello Guerrero, madre de Everardo Rodríguez Bello, uno de los 43 normalistas de Ayotzinapa, a causa de cáncer.

Desde los días de mayor movilización en búsqueda de los estudiantes desaparecidos se supo del estado de salud de esta madre, quien andaba en las protestas. Su salud se deterioró más y murió en su casa en Omeapa, un pueblo de Tixtla de donde son originarios tres de los muchachos desaparecidos, incluido Everardo.

Igual que a Minerva, los normalistas, padres y madres de Ayotzinapa, despidieron a Tomás y refrendaron el seguimiento de su lucha.



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