TIJUANA.- Un altar formado por las imágenes de mujeres asesinadas en Tijuana y algunas pequeñas veladoras encendidas sirvieron para recordar que la violencia de género no ha desaparecido en la ciudad.
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Ahí estaba el rostro de Mónica Bringas Sepúlveda, atacada a balazos frente a su domicilio, donde recibió al menos un disparo en el rostro.
La estudiante de Mercadotecnia en UABC estuvo hospitalizada durante tres días y con apenas 23 años de edad murió el pasado 27 de mayo.
El grupo “Voces feministas UABC” anunció el deceso en sus redes sociales y comenzó la exigencia de justicia.
“Que encuentren al asesino no puede quedar así, si nos quedamos calladas habrá más muertes”(sic), respondió Martha Imelda en la publicación del grupo feminista.
Y fueron algunas de sus integrantes junto a otras jóvenes las que montaron el pequeño altar en la antesala de uno de los edificios de la Fiscalía General de Justicia Estatal (FGE), que hasta el momento no ha dado a conocer avances de la indagatoria.
En cambio, de manera extraoficial se habla de que en el lugar de la agresión fueron hallados casquillos .223 y 5.56 x 45, ambos calibres de arma larga.
Junto a la imagen de Mónica estaba el de Marbella, la otra estudiante de UABC asesinada este año por un hombre que la acosó durante semanas, según se supo más tarde en la audiencia en la que su agresor fue vinculado a proceso.
También estaba Melany Rivera Colio, quien murió en abril del 2019 en hechos que nunca fueron esclarecidos.
Fue llevada por su ex novio para recibir atención médica porque iba desangrándose en el asiento trasero de un vehículo, producto según las primeras versiones policiacas de una herida con arma blanca infligida en un asalto.
El nombre de Eneyda Ramos, también estudiante de UABC, fue otro de los que tuvo un espacio en el altar. Fue asesinada por su ex novio y su nueva pareja en 2016; ambos fueron detenidos.
Mientras que en un caso reciente que sigue impune, el pasado 2 de junio una joven de nombre Claudia Guareca Monjardin, de 20 años, fue encontrada en un domicilio con disparos de arma de fuego en el tórax.
Con esos y otros casos las manifestantes se plantaron en las oficinas de la FGE, donde reclamaron, luego de que el gobierno federal ubicara nuevamente a Tijuana como la ciudad con más feminicidios del país, al acumular 7 entre enero y abril.
“Por cada mujer que ha sido encontrada sin vida o ha sido violentada durante este confinamiento. Nuestra seguridad se extingue”, leyó una de las alrededor de 20 jóvenes que respondieron a la convocatoria para protestar en la FGE de Tijuana.