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Migrantes y deportaciones, la crisis que no frenó la pandemia en Jalisco

Aunque se establecieron restricciones para viajes, a Guadalajara llegaron deportados extranjeros y retornados mexicanos en vuelos comerciales desde EU

Escrito en ESTADOS el

GUADALAJARA.- La pandemia por la covid-19 impactó a todos los sectores: empleados formales, comercios, escuelas e industria; la población migrante estacionada en la capital de Jalisco, donde esperan por el visado humanitario, fue de las primeras y más afectadas.

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Lo anterior debido a que migrantes ya establecidos en sus propios hogares y con empleo temporal tuvieron que volver a los albergues porque fueron los primeros despedidos.

Según datos de Perimetral, aunque se establecieron restricciones para viajes, a Guadalajara llegaron deportados extranjeros y retornados mexicanos en vuelos comerciales desde Estados Unidos.

En la ruta migrante, hay una sola misión diaria: sobrevivir. Por ello, los grupos de viajeros adoptan obligados a seguir reglas impuestas por los jefes del crimen. La pandemia está recrudeciendo la problemática en México, pero con múltiples efectos adversos.

Autoridades federales (Sedena, Guardia Nacional, Migración, Secretaría de Seguridad y Policía tapatía) esta semana realizaron un operativo especial en Pueblo Quieto, en estos asentamientos irregularidades donde conviven indigentes, migrantes y personas con adicciones. Alrededor de 200 elementos participaron en el despliegue de revisión, con el objetivo de “regresar el orden”, subrayó el coordinador estratégico de Seguridad en Jalisco, Ricardo Sánchez Beruben. Los operativos se tornarán permanentes. 

Actualmente, se investiga la existencia de más cepos citadinos en diversos puntos de la Zona Metropolitana de Guadalajara. 

AYUDA SIN LÍMITES

En casi dos años de pandemia de covid-19, la casa del migrante Scalabrini, Aldea Arcoíris, ubicada en Guadalajara no ha parado, mantienen sus puertas abiertas a las personas en tránsito, pero con estrictas medidas sanitarias.

De acuerdo con Milenio, en 2021 albergaron a 305 migrantes y a lo largo de la pandemia solo han registrado cuatro contagios de covid-19 entre la población migrante, para lo cual dispusieron un cuarto de aislamiento.

 Sin embargo, desde el año pasado el albergue ha apostado por trabajar en conjunto con autoridades de salud para vacunar a los migrantes que llegan.

Cada vez que hay programas de vacunación estamos muy metidos checando para poder vacunar a las personas que están albergadas e incluso hasta las que ya salieron de aquí pero que estuvieron con nosotros también se les está atendiendo”, detalló Jorge Alberto Benet Colin, coordinador de servicios integrales de la Aldea Arcoíris

La labor de Aldea Arcoíris va más allá de brindar asilo a los migrantes, también los ayudan a insertarse en el campo laboral para que puedan tener una vida más digna y empezar de cero, pero la xenofobia y las trabas jurídicas complicando el proceso.

“Las personas que andan en búsqueda de un trabajo formal piden la residencia permanente y la cuestión del RFC nos está complicando un poquito porque la situación ahora se tiene que hacer en el SAT con una cita y aquí se viene el tema que son citas que se vienen a 15 días muy una CURP temporal no la están reconociendo, tiene que ser una CURP permanente”, explicó Mireya del Roció Aguilar Guzmán, responsable de integración social e inserción socio laboral.

Otro obstáculo son los bajos sueldos que ofertan las empresas y por esta razón hasta el 45% desiste de permanecer en un trabajo una vez que lo obtiene.

La crisis económica que trajo consigo la pandemia también ha derivado en que muchos donantes del albergue ya no puedan ofrecer ayuda y hoy más que nunca es necesaria porque la organización estima que durante 2022 se duplicará el tránsito de personas por el estado.

Yo creo que vamos a rebasar a dobletear. En este año fueron 305 y yo creo que este año se va a duplicar o triplicar inclusive, porque con estas caravanas masivas vamos a tener que apoyar más. Ha estado muy complicado”, señaló Nimbe González Salazar, directora general de Aldea Arcoíris

El presbítero italiano, Flor María Rigoní, con más de tres décadas apoyando a los migrantes mexicanos, pertenece a la congregación de los Misioneros de Scalabrini y se ha dedicado a apoyar a migrantes y refugiados de todo el mundo.

Desde la década de 1980, el sacerdote trabajó para la fundación de las Casa del Migrante en Tijuana, Ciudad Juárez, dirigió el albergue Belén en Tapachula, Chiapas, y apoyó en los refugios de Guadalajara y en la Ciudad de México.

 

 

 

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