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Migrantes se casan en la frontera para facilitar su entrada a EU

Este viernes, seis parejas de migrantes contrajeron matrimonio en la frontera norte con el fin de facilitar la obtención de una visa humanitaria en EU

Escrito en ESTADOS el

Matamoros, Tam.- A metros del río Bravo, en el puente internacional, seis parejas de  migrantes contrajeron nupcias esta mañana, en un hecho singular pero que se está volviendo cotidiano.

Y es que uno de los requisitos establecidos por Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos para obtener la visa humanitaria las familias es que los padres se encuentren casados por  una religión, por lo que parejas de cubanos, salvadoreños y hondureños se tomaron las manos para recibir la bendición del pastor de la Iglesia Metodista de Brownsville, quien les expidió el certificado de estar formalmente casados.

“Y ahora pueden besar a la novia”, dijo el pastor de la Iglesia Metodista.

En la ceremonia, ellas no vistieron de blanco, ni usaron velo. Ellos no tenían traje ni azahar en la solapa. No hubo padrinos, ni  damas de honor, ni brindis, pero alguien corrió a la tienda y se  trajo un gansitos para simular un pastel.

A la sombra de algunos árboles y en las inmediaciones del  llamado puente “nuevo” tras una breve oración, los contrayentes intercambiaron las sortijas, se tomaron de las manos, se juraron amor eterno y recibieron la bendición del pastor,  quienes los exhortó a amarse como Jesús ama a todos.

Las parejas escucharon la invocación del  pastor metodista, quienes vinieron desde lejos con el propósito de ingresar a Estados Unidos, pero sin imaginar que antes se tendrían que casar.

Melany y José Antonio, salieron a inicios de mayo de El Salvador y desde hace dos meses se encuentran en Matamoros con el propósito de  llegar hasta Chicago, sin embargo, no sabían que antes de cruzar el río Bravo, estarían casados.

“Teníamos pensados casarnos pero en otras condiciones. Trabajar, tener una casa, ella con su vestido blanco, con nuestras familias y amigos, pero no así”, dijo José Luis, con una sonrisa medio nerviosa, pero feliz.

“Sí, ya tenemos fichas de Aduanas y estamos esperando que nos llamen. Todos los días oramos a Dios para que nos concedan la visa”.

El ahora esposo dijo: “Como tantos otros que hay aquí,  salimos de El Salvador, pues allá no hay trabajo y si encuentras empleo, los salarios son  muy bajos. Además la violencia de los mara no nos deja vivir”.

Voltea a ver a Melany le dice: “mi señora” y le planta un beso en los labios.