La pequeña ciudad de Tapachula, ubicada en la costa del sur de Chiapas, cuenta apenas con una población de poco más de 300 mil habitantes, según Inegi (2015), y se ha convertido en el pedestal de los migrantes que cruzan por el país con destino a Estados Unidos.
Según datos del Centro de Dignificación Humana, en Tapachula habitan alrededor de 80 mil migrantes que se encuentran en el limbo, quienes esperan una resolución de su solicitud de refugio por parte de las autoridades.
En la estación migratoria Siglo XXI en Tapachula, se mantienen alojadas aproximadamente a 900 personas, entre ellos menores de edad. Sin embargo, la sobrepoblación migratoria ha provocado que otros cientos de migrantes también se manifiesten afuera de la estación, bloqueando el acceso principal y exigiendo a las autoridades que se les permita transitar libremente por el país.
Hasta el momento, de los 80 mil migrantes, sólo existen 21 mil solicitudes de refugio y 10 de salvadoreños, sin embargo, la cifra podría aumentar hasta 55 o 60 mil migrantes que llevan un proceso para su solicitud de asilo, así lo informó la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados.
Pero fuera de la estación migratoria, los migrantes forman parte del día a día en Tapachula. Se ha vuelto una pequeña ciudad internacional y llena de cultura de cientos de país de todo el mundo.
En las calles, los migrantes se pasean cuando no se encuentran resolviendo su sustitución migratoria. Además, se han vuelto parte de la economía que fluye en los pequeños negocios del lugar.
Migrantes de Haití, Honduras, el Salvador, Cuba, África, son solo algunos de los que enriquecen las calles con su cultura, su gastronomía y sus idiomas.
En las calles, los pequeños comerciantes afirman que los migrantes son los que consumen sus productos.
“Cuando no hay muchos migrantes se viene abajo el negocio” dijo para AJ Plus, un joven que vende chips de celular en el centro de la Ciudad.
Historias Vs. Xenofobia: los migrantes también están diversificando la cultura en Tapachula, México, y llevan derrama económica.
??@ajplusespanol pic.twitter.com/RsklxEKsvm— Ángel Plascencia (@Angel_pc) September 27, 2019
Desde que comenzaron a llegar los migrantes, ha habido una creciente en las ventas de líneas telefónicas y de otros productos.
En otro punto de la ciudad, una mujer centroamericana atiende un hostal. Llegó a México y consiguió un empleo pues dice que ama al país desde que llegó.
Como ella, hay migrantes que lograron obtener un trabajo en la ciudad, lo que les permite tener un ingreso durante su estancia en Tapachula, además colaboran para que la estancia de otros migrantes sea positiva en un contexto de violencia y xenofobia que se vive en el país.
Es el caso de Selma Etelvina Hernández, mejor conocida como Mamá África.
Selma se dedica a preparar comida cubana y comida africana para los migrantes.
Comenzó a tener clientes provenientes de Somalia, quienes le pidieron preparar comida como la de su lugar natal, Ellos comparan los condimentos y se los dan a Mamá África para que ella cocine y puedan tener comida preparada como en sus países, según documentó AJ Plus.
Las condiciones de los migrantes que atraviesan por México no sólo son de discriminación sino también de violencia.
Un informe del Instituto Nacional de Salud Pública, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México afirma que un 29 por ciento de los migrantes son víctimas de violencia física, psicológica o sexual. Y la mayoría de los abusos quedan impunes. El temor a ser repatriados y la desconfianza en las autoridades provocan que solo se denuncie uno de cada 10 casos.