La pequeña ciudad manufacturera industrial de Ciudad Juárez, Chihuahua, es una de las fronteras donde albergan miles de migrantes que llegan por dos destinos: fueron repatriados de Estados Unidos, o buscan entrar al país vecino y esperan obtener su asilo político.
Pero contrario a los estigmas sociales que causan los migrantes, de los 26 mil –en su mayoría guatemaltecos, hondureños y salvadoreños- que se encuentran en Ciudad Juárez, al menos 300 de ellos lograron colocarse en un trabajo legal, de acuerdo con datos de Consejo Estatal de Población (COESPO).
Según relata un reportaje de Pie de Página, la mayoría de ellos se coloca en comercios y maquiladoras. Ellos lograron emplearse porque ingresaron de manera legal a México y obtuvieron un permiso de residencia por seis meses.
(Cuartoscuro)
“Tenemos que trabajar, no solo para mantenernos aquí, también para ayudar a nuestra familia en Cuba, allá deje a mi esposa e hijos”, dice Omar a Pie de Página, un cubano que desde abril llegó a esta frontera, donde se sumó a una fila migrantes en espera de cruzar para llegar a Miami.
El hombre comenta que hasta ahora sobrevive de sus conocimientos como electricista, hace ‘chambitas’ por la zona donde está el albergue donde habita, por el área de San Lorenzo.
Pero la otra gran mayoría de migrantes que habita en Ciudad Juárez, entró de manera ilegal al país, por lo que sólo han logrado trabajos en pequeños establecimientos, restaurantes, en empresas de seguridad privada y vigilancia, talleres mecánicos, como lavacarros, albañiles o electricistas, donde no les piden “tener papeles”.
A principios de octubre, el subsecretario de empleo y Coordinador del Plan de Atención a Migrantes, Horacio Duarte, informó que se han recibido a mil 500 personas retornadas a México en el albergue de Ciudad Juárez, donde se les ha brindado empleos con prestaciones de ley y seguridad social, atención médica, psicológica y dental, fomento educativo a niñas y niños, talleres de computación y actividades lúdicas en museos.
(Cuartoscuro)
Horacio Duarte informó que lo que se busca es integrar a los migrantes a la vida laboral, a la vida económica de las grandes ciudades fronterizas como Ciudad Juárez, Tijuana y Mexicali.
El empresario José Mario Sánchez Soledad dijo a Pie de Página que la población de migrantes que permanecen en la ciudad es una gran fuerza laboral desaprovechada, porque no se ha logrado su inclusión legal al sistema de trabajo.
“Veo una gran oportunidad para Ciudad Juárez (en ellos), no saben la oportunidad, Ciudad Juárez necesita manos para reconstruir… aún estamos en la reconstrucción tras una guerra”.
Aseguró que no hay ningún programa de reinserción para los migrantes, ni laboral, ni social; peor aún para los que no tiene papeles, que son la mayoría “primero hay que resolver eso”.
Migrantes a las maquiladoras
Apenas en julio pasado, el canciller Marcelo Ebrard, acompañado del presidente Andrés Manuel López Obrador, ofreció un informe sobre el avance del plan para contener el flujo migratorio y dijo que en la frontera norte hay 16 albergues y 3 mil 700 puestos de trabajo para quienes esperan su entrada a Estados Unidos.
De acuerdo con datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y del Servicio Nacional de Empleo, la mayoría de las maquiladoras que se encuentran en la frontera norte “le han entrado” al programa para contratar a migrantes que esperan en territorio mexicano.
Según información de el Sol de México, para principio de octubre ya había cuatro mil 500 centroamericanas laborando en estas fábricas.
Los centroamericanos están siendo contratados por las maquiladoras que les llegan a pagar hasta tres mil 300 pesos semanales, de acuerdo a su escolaridad y habilidades para desempeñarse como pulidores de muebles, costureras, secretarias o carpinteros.