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Menores migrantes, el otro rostro de la crisis humanitaria

Ruth, Eduardo e Isabel narran la odisea que significa tratar de cruzar la frontera de Estados Unidos, para dejar atrás pobreza y violencia

Escrito en ESTADOS el

CD. VICTORIA.- Ruth tiene 17 años y salió el pasado mes de mayo de su natal Honduras con destino a Virginia, en Estados Unidos.

Narra que las pocas oportunidades laborales en su país, además del contexto de violencia que se vive en la región, fueron factores determinantes para buscar una mejor vida en el extranjero.

Además, Ruth emprendió el viaje sola ya que no contaba con suficientes recursos económicos para pagar el viaje de toda su familia.

El viaje ha sido muy "duro" y "cansado" para Ruth ya que cuenta con cinco meses de embarazo. A pesar de esta condición, esta futura madre afrontó los riesgos de viajar de noche y pasar hambre, calor y frío.

Su odisea, sin embargo, se truncó recientemente en Tamaulipas, donde fue capturada por agentes migratorios y trasladada al Centros de Atención al Menor Fronterizo (CAMEF), que está gestionando su deportación a Honduras.

También será devuelto Eduardo, quien a sus 7 años ya ha recorrido junto a su tía los miles de kilómetros que separan Honduras de la frontera entre México y Estados Unidos, donde quería llegar para tener "una casa con alberca y una moto en la cochera".

El pequeño se quedó a solo 15 minutos de intentar cruzar en lancha el fronterizo Río Bravo, donde hace unos días se ahogaron el salvadoreño Óscar Martínez y su hija Valeria cuando intentaban atravesarlo.

A Eduardo no le provocaba "ningún miedo" cruzar el río, algo que finalmente no sucedió ya que fue arrestado junto a su tía por parte de agentes migratorios mexicanos.

Con una enorme sonrisa en su rostro, el niño de 7 años cuenta las horas para volver a ver a su madre y a su hermano de 2 años, con quien desea jugar a las escondidas y a las abejas.

Isabel, una salvadoreña de 15 años, no intentó llegar a Estados Unidos para reencontrarse allí con familiares, sino que emprendió el periplo para salvaguardar su integridad.

Cuenta con una tristeza inmensa en su rostro, que su vida iba bien hasta que su pareja decidió ingresar en una pandilla y todo se convirtió en un auténtico "infierno".

Durante un tiempo, soportó maltrato físico y psicológico hasta que decidió huir de ese lugar.

Durante el trayecto de El Salvador a Estados Unidos, Isabel ha pasado mucha hambre, ya que solo comía una vez al día.

Además, narra con la voz quebrada que en México fue detenida por un policía pero su "coyote" sobornó al agente para poder proseguir el camino.

Ya cruzando el municipio de Reynosa, en Tamaulipas, fue detenida por autoridades de migración quienes les solicitaron su documentación y al no contar con ella, fue bajada del autobús para posteriormente ser trasladada a un centro migratorio.

Isabel no quiere regresar a su tierra porque tiene miedo de que su expareja cumpla su palabra de asesinarla. Por ello, piensa en refugiarse en alguna ciudad de El Salvador lejos de la capital, San Salvador, donde dice que corre peligro.

De acuerdo con el Gobierno mexicano, cerca de 43,000 migrantes menores de edad viajan solos a través de México, rumbo a la frontera norte.

Patrulla Fronteriza duplica detención de menores

La Patrulla Fronteriza de EU reveló que el número de menores de edad deportados se duplicó en solo siete meses.

En octubre de 2018 fueron detenidos cuatro mil 966 niños y adolescentes que ingresaron solos y de manera ilegal a Estados Unidos, mientras que en mayo pasado se elevó la cifra a 11 mil 507.

Un 75 por ciento de los menores detenidos son hombres y un 25 por ciento mujeres.

Para atender a los migrantes centroamericanos, el DIF Tamaulipas ha tenido que replantear y está dando prioridad a las mujeres para que reciban atención en los CAMEF, pues son las que se encuentran más expuestas.

Los menores que viajan solos ingresan a México dentro de las caravanas de migrantes centroamericanos, pero poco a poco van quedando solos, aislados, pues se les acaba su dinero.

La mayoría de los menores migrantes que viajan sin compañía son salvadoreños, hondureños y guatemaltecos, quienes como tantos otros migrantes adultos abandonan su país en busca de trabajo, mejores condiciones de vida, o van tras sus padres que con anterioridad migraron a Estados Unidos.

Desde octubre de 2018, se intensificó el flujo de miles de migrantes provenientes en su mayoría de Centroamérica que atraviesan México con el objetivo de llegar a Estados Unidos.


A raíz de este éxodo, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció a finales de mayo la imposición de aranceles a todos los productos mexicanos como castigo por no frenar la migración.

Pero el 7 de junio se llegó a un acuerdo "in extremis" para evitar los aranceles que se ha traducido en el despliegue de miles efectivos de la nueva Guardia Nacional en la frontera sur y norte para controlar el fenómeno migratorio.