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“Me dieron un balazo en el cuello, pero estoy bien”: Felipe Arizmendi

El obispo narra que la bala pegó en el parabrisas, lo perforó y parte de la bala se le incrustó en el cuello, sin afectar cuerdas vocales

Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ.- Felipe Arizmendi Esquivel, exobispo de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, confirmó que el sábado pasado recibió un impacto de bala a la altura del cuello, al parecer, en una especie de fuego cruzado, cuando viajaba en carretera en Toluca, Estado de México.

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En un texto que el mismo clérigo compartió, de forma pública, relató que como la bala, la cual según él ya se la quitaron, penetró por el parabrisas del auto en el que circulaba como copiloto, junto con su familia hacia su tierra natal, Chiltepec, los cristales que estallaron también lastimaron su mano.

Este sábado 30, como a las 6 de la tarde, íbamos en mi coche, un Jetta, con mi familia hacia Chiltepec, nuestro pueblo, como acostumbramos cada fin de semana. Después del volcán, pasando cerro Gordo, antes de El Capulín, unas personas de un coche chico venían, en sentido contrario al nuestro, persiguiendo a los de una camioneta, quizá para asaltarles o no sabemos para qué, y les tiraron de balazos

Uno de esos balazos, agregó, “como veníamos entre curvas, pegó en el parabrisas de mi coche, frente a mí, que iba de copiloto, lo perforó y parte de la bala se me incrustó en el cuello, sin afectar cuerdas vocales, y sin sangrar mayormente”.

unos vidrios se incrustaron en la parte superior de mi mano derecha, sin mayor profundidad, y residuos del vidrio volaron por todas partes dentro del coche, sobre mi familia. Iban conmigo Coca y Pita, más Lupita y José Alberto

Aclaró que su hermana “Coca”, quien viajaba detrás de él, también recibió un “rozón” en una de sus piernas, no obstante, manifestó que solo “fue el susto”. De hecho, especificó que un doctor de Chiltepec los curó.

“Estoy milagrosamente bien, dando gracias al Señor y a la Virgen. Ayer domingo celebré en la parroquia, a puertas cerradas, y este lunes regresamos a Toluca”, dijo.

Arizmendi, de 80 años de edad, por 27 años estuvo al frente de la Iglesia católica en Chiapas (17 en San Cristóbal y 9 en Tapachula), desde donde, en reiteradas ocasiones, fue la voz de los pueblos indígenas, de los más necesitados.

Uno de los primeros en manifestar su reacción fue el exgobernador de la entidad chiapaneca, Pablo Salazar Mendiguchía quien, a través de su cuenta social en Twitter, escribió lo siguiente: “Elevo mis oraciones por la salud de Monseñor Felipe Arizmendi, quien el pasado sábado, y en un fuego cruzado entre presuntos delincuentes, fue alcanzado por una bala. Por fortuna está fuera de peligro. Es una bendición tenerlo con vida, apreciado don Felipe. Dios lo bendiga”.