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Martín denuncia despojo de tierras; es torturado por policías de Chiapas

Tras denunciar la invasión de sus tierras, policías ingresan a su casa, lo detienen y lo torturan; ahora está escondido porque teme más represalias

Escrito en ESTADOS el

TUXTLA GUTIÉRREZ.- Era noche del lunes 28 de junio. Martín López Roblero descansaba junto con su esposa en el fraccionamiento Joyas del Pedregal, municipio de Comitán de Domínguez, cuando policías estatales y ministeriales entraron por la fuerza a su casa. Sin decir nada ni presentar una orden de aprehensión, se lo llevaron entre jaloneos, empujones e insultos.

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Su delito fue haber denunciado la invasión de más de 12 hectáreas de sus tierras en la zona de Chichimal Sabinal.

Entrevistado vía telefónica y desde un lugar anónimo, debido a que teme volver a ser detenido, recuerda que acababa de llegar del dentista cuando, de forma ilegal, lo arrestaron y torturaron.

Arquitecto de profesión y maestro de taekwondo por convicción no duda en señalar a la delegada de Gobierno de esa región, Laura Edith García Zavaleta, y al fiscal de Distrito, Julio César Espinosa Pastrana, de estar detrás de este delito. La primera habría ordenado su detención, el segundo la habría ejecutado y tolerado la tortura.

 

El fiscal de Distrito, Julio César Espinosa Pastrana

LOS ABUSOS

Con golpes en varias partes del cuerpo, aunque los más notorios son los del rostro, a Martín le taparon la cara cuando fue detenido y subido a una patrulla, y lo mantuvieron bocabajo. Por simple sentido de orientación, dice estar seguro que primero lo trasladaron a una casa de seguridad en el municipio de Tzimol.

En ese lugar fue golpeado a patadas y con los puños de manera reiterada. Después de la golpiza, para que no se percibiera el castigo, a Martín lo “envolvieron” con vendas.

En otro momento, desnudo y con los ojos tapados, una persona se colocó sobre su pecho y otra sobre sus piernas, para inmovilizarlo, mientras un tercero le ponía un trapo en la boca. En esa posición le empezaron a verter agua sobre su boca y nariz. Esta tortura duró alrededor de una hora.

Me estaban ahogando para que dijera lo que ellos querían escuchar, pero fui obligado, para que señalara a personas y las persiguieran, pero esa gente es inocente

De los puños, patadas y del ahogamiento, se pasó a una fase más brutal: cachazos de armas de fuego sobre su cuerpo y rostro. De estas agresiones, casi se le desprende la mandíbula y su visión del ojo izquierdo resultó afectada.

Al final lo quebraron. Para que lo dejaran de tundir, Martín mencionó varios nombres de habitantes de la región, pero -aclara- solo fue para salvar su vida.

Viví una pesadilla a manos de los elementos policiacos

De Tzimol, Martín fue llevado a otra casa de seguridad, pero en la localidad de Frontera Comalapa. Después, recuerda, vio una camioneta de la Policía Ministerial que lo trasportaba, ahora, a Chicomuselo.

Cuando por fin fue “dejado en libertad”, Martín no recibió ningún tipo de auxilio de las autoridades de Frontera Comalapa: ni médica ni para denunciar la detención ilegal y la tortura.

Hasta las 7:00 horas del día siguiente, martes 29 de junio, lo visitó un abogado, quien lo pudo liberar hasta las 20:00 horas de ese día.

Se buscó a la delegada García Zavaleta y al fiscal de Distrito Espinosa Pastrana para que fijaran su postura al respecto, pero no se obtuvo respuesta.

EL DESPOJO

“Tenemos una denuncia por despojo de 12 hectáreas de tierras”, en la zona de Chichimal Sabinal, denuncia López Roblero.

Cuando lo sometieron a castigos físicos, la víctima recuerda que los “uniformados” le aseguraron que era por una problemática en 110 hectáreas, lo cual desconocía, toda vez que lo único que exigía es que le regresaran sus tierras.

Con documentos que avalan que no es un “paracaidista”, Martín sustenta que posee un poder notarial y un compromiso de venta que lo avalan como propietario de dichas tierras, porque el esposo de la dueña del terreno había fallecido.

Además, también tiene una escritura de hace 21 años, a nombre de Horacio Morales Román y de su esposa, mismos que aparecen como copropietarios de los terrenos.

Martín interpuso la denuncia de despojo ante la Mesa 3 de la Fiscalía, ubicada en Comitán.

De forma abrupta, la víctima pide terminar la entrevista, pues teme que podrían “rastrearlo”, a pesar de usar un teléfono celular sin GPS. “Ya te voy a dejar, por favor, voy a cortar, ya no puedo seguir hablando, no me puedo arriesgar”.

 

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