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Martha rompe en llanto, le faltaron documentos y no la podrán vacunar

Con largas filas esta semana arrancó en Oaxaca la segunda dosis de vacunación para adultos de 50 a 59 años y la primera para los de 40 y más, así como embarazadas

Escrito en ESTADOS el

OAXACA.- El sol aún duerme. Las pisadas caen como aguacero por la calle. Irrumpen el silencio de la madrugada mojada por la llovizna. Algunos descienden del autobús, otros de un taxi o moto. Se apresura a cruzar la avenida. Los más grandes paso a pasito, los más jóvenes a zancadas. Van hacia el mismo lugar. Entre la oscuridad tratan de descifrar el final de una fila que conduce a la esperanza, que conduce hacia la aplicación de la vacuna contra el virus SARS-CoV-2.

Bifurcada, la columna se desdobla de las puertas de la 28ava Zona Militar ubicada en la capital de Oaxaca, uno de los tres puntos habilitados para la jornada de vacunación de junio. A un año y dos meses del primer contagio en la entidad de un virus que ha enlutado a millones de familias en el mundo, llegó el día: Para unos el de concretar su esquema con una segunda dosis. Para el grupo de 40 y más, la primera dosis de protección a la pandemia. En ambos casos son personas sobrevivientes a una de las peores crisis sanitarias que haya impactado el mundo.

Aquí, entre la gente alineada se escuchan decenas de historias de sobrevivientes y también se cuentan de las que ya se fueron. Se miran rostros alegres de gente a la que le aplicaron la dosis y otros, como el de doña Martha, quien rompió en llanto luego de que al llegar a la puerta de acceso le impidieron la entrada porque no tenía en mano sus papeles.

Es 12 de junio de 2021. En México suman 230 mil 95 decesos y 2 millones 452 mil 469 casos confirmados. En Oaxaca, se acumularon 47 mil 641 contagios y 3 mil 804 defunciones. Cada una de aquellas defunciones, era una amistad, familiar, padre, madre, hija o hijo, de las personas en fila a la espera de la inmunización.

“EN LA FAMILIA TODOS ENFERMAMOS”

“En la familia todos nos enfermamos, pero fuimos asintomáticos, menos mi mamá que estuvo grave. Necesitó oxígeno, afortunadamente sobrevivió. Hoy le toca su segunda dosis, por eso estoy aquí, haciendo fila por ella”. Juan, es un joven de 26 años de edad. En junio de 2020 perdió a su abuela y a una de sus tías. Meses después, en marzo, justo en el cumpleaños de su padre, su madre comenzó a presentar síntomas: cansancio, fiebre y tos. Requirió de oxígeno y formó parte de los cientos de familias que sufrió el desabasto de tanques debido a la segunda ola de contagios.

Cada persona es una historia de vida, de supervivencia en muchos sentidos, de resiliencia, de relatos de dolor y alegría, de júbilo y duelo.

Es espera que se acompaña con pláticas de banqueta, con saludos entre vecinos, entre viejas amistades. Es el relato de historia tras historia, cientos, miles, en cada persona que hasta ese momento ha logrado sobrevivir a la pandemia, no sólo a la enfermedad sino a todos sus efectos.

“Me hice el hábito de ahorrar. Soy de las personas que, si gana diez pesos guarda uno. No me va a creer, pero tenía una lata de esas de pintura. Ahí iba echando de cinco, de diez pesos. Cuando lo abrí tenía 4 mil 500 pesos. Con eso nos la fuimos pasando”. El señor Noé es comerciante de artesanías. Él y su familia tenían dos puestos en la circundante a la zona arqueológica de Monte Albán. Con el confinamiento prohibieron su colocación y dejaron de percibir el ingreso diario. Actualmente para sostener el gasto familiar expenden en el zócalo capitalino y una vez a la semana en Monte Albán. Los ingresos no son los mismos que tenían antes de la pandemia, pero confían que con la vacunación masiva nuevamente puedan recuperarse.

Estando en la fila la jornada de vacunación en la capital de Oaxaca tiene el olor a mole desprendido del humo del carrito de tamales que recorre de punta a punta la larga hilera. Se sorbe en vasitos de unicel con café bien caliente para conjurar el frío que provoca la llovizna. Se colma de esperanza en los ojos sobre el cubrebocas de la fila que va, viene, da vuelta, se intercepta en la esquina y sigue hasta perderse.

DESORGANIZACIÓN 

No es la espera ideal para una vacuna. Las condiciones no son las más dignas. Hay quejas, hay enojo, hay desorganización que de cuando en cuando provoca la amenaza de la gente: ¡vamos a parar la vacunación!

Las personas se arremolinan en la entrada. Argumentando haber apartado su lugar tres días antes, generan un caos en el acceso. Las personas rezagadas son otro reclamo. Otra fila más es de quienes pernoctaron en el lugar. Son muchas y todas buscan el mismo fin.

El día avanza, adentro de la sede las enfermeras y enfermeros aplican el biológico en bloques de hasta 50 personas. Afuera la hilera se mueve por momentos ágil, por momentos aletargadas. Al medio día Doña Martha llegó a la puerta de acceso, pero le impidieron la entrada porque no tenía en mano sus papeles. Da la vuelta y de sus ojos brotan lágrimas. La gente la consuela. Ella es vendedora de tortillas y su esposo se adelantó con sus documentos para apartar lugar. Alguien le presta un teléfono para que se comunique con él y puedan encontrarse.

La inmunización en Oaxaca aún tiene un largo camino. La expectativa nacional es que llegado octubre toda la población haya sido vacuna. La vida quizá no vuelva a ser la misma de antes, pero el anhelo de las personas en la fila, es que sea lo más parecido posible.

esc