Alrededor de 44 madres centroamericanas arribaron hoy por la mañana a la iglesia de San Francisco, en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, como parte de la decimoquinta caravana que se efectúa año con año como parte de la búsqueda de sus hijos o hijas migrantes desaparecidos.
En su caminar hacia el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas de esta Mágica Ciudad y durante el cual evocaban al unísono: “¡Las madres calladas, jamás serán escuchadas!”, Anita Zelaya, originaria de El Salvador y cuyo vástago desapareció desde el 2002, advirtió que la cifra de personas indocumentadas desaparecidas no se queda en 70 mil o 120 mil, sino “que es tridimensional, no tenemos una cifra exacta, es demasiado”.
Rodeada de mamás en cuyos cuellos colgaban, no solo las fotos de sus seres queridos, sino de otros ciudadanos que se “perdieron” en su andar hacia el “sueño americano”, aclaró que con esta caravana intentan llegar al gobierno, “porque sabemos que ese es el muro más grande y duro que hemos encontrado”.
Lo que ellas como madres desean, dijo, es visibilizar a quienes buscan el apoyo de la sociedad y de las autoridades para hallar a sus seres queridos, “yo tengo 17 años de buscar, y así como yo hay muchas madres que incluso tienen más de ese tiempo buscando a sus hijos”.
Desde hace tres años, la caravana no ha trazado toda la ruta marcada desde su punto de origen, Nicaragua, pues la situación se complica de forma seria en Tamaulipas, México, debido a que está al acecho el crimen organizado y las autoridades locales son incapaces de brindarle vigilancia y protección.
Por su parte, Martha Sánchez Soler, fundadora del Movimiento Migrante Mesoamericano, apuntó que en estos 15 años de larga lucha han encontrado a cerca de 310 personas desaparecidas, “pero nos preocupa que ya no podamos llegar a Tamaulipas, porque es ahí donde nos han reportado que podría haber más migrantes desaparecidos”.
Luego de este encuentro en el conocido como “Frayba”, las madres e incluso padres se dirigirían a la Plaza de la Paz, en esta misma ciudad colonial, para luego seguir su curso hacia Tuxtla Gutiérrez, en donde se celebraría el primer encuentro de Claudia Joaquina Balladares que, desde hace 16 años, no sabía nada de su hermana Socorro, originaria de Honduras.
La caravana partirá mañana miércoles a Coatzacoalcos, Veracruz, en donde se llevará a efecto otro encuentro, y de esa manera continuar hasta San Luis Potosí, de ahí a Nuevo León, Saltillo, Aguascalientes; León, Morelia, Ciudad de México, Puebla, Villahermosa y de nuevo a Chiapas, en Salto de Agua y Palenque, para cruzar por el Ceibo, Tenosique; “no hemos tenido muchas dificultades para avanzar, y más porque hablamos de nuevas autoridades”, culminó Martha Sánchez.