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Madre e hija migrantes huyen de las pandillas en su país y en México

Ana y María, de origen salvadoreño, salieron de su país caminando y de manera clandestina

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Escrito en ESTADOS el

TAPACHULA.- “Nos llevó alrededor de unos quince días nuestra travesía, pero lo esencial era cuidar a mi hija y llevarla a un lugar seguro”, cuenta Ana, quien junto a María, su hija de 11 años, salió de El Salvador para huir de la violencia provocada por las pandillas, miedo que no perdieron después de ingresar a México.

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Las pandillas en El Salvador, narra la menor, “son peligrosas, porque andan matando. E incluso un muchacho nos quería golpear”, dijo para Efe.

En su ciudad natal, las pandillas, que les arrebataron incluso el poco patrimonio que tenían, por lo que salieron de su país caminando y de manera clandestina.

María, quien pide se utilice un nombre ficticio por seguridad, emprendió la travesía hasta Tapachula, Chiapas, en compañía de su madre. Al ir ellas solas, la niña cuenta que el viaje fue más difícil.

Entre lágrimas, narró que durante la ruta corrieron peligros y que sintió mucho miedo cuando caminando por las vías del tren escuchó ruidos que no reconocía.

Ana, la madre, cuenta que tras cruzar la frontera con Guatemala, llegaron a una pequeña comunidad mexicana pero se apartaron de la ruta principal porque vieron a gente consumir drogas.

Tomaron la recomendación de continuar su caminata por el monte, donde encontraron a una persona que les ofreció un lugar donde pasar la noche. Al día siguiente se dirigieron a un albergue, relata la mujer.

“Mi sueño es ver a mi hija triunfar, porque estamos en un país (México) que da oportunidades si uno las busca. Porque en nuestro país no se tiene eso por todas las pandillas”, dijo la madre migrante.

Centroamérica atraviesa una ola migratoria de grandes dimensiones desde 2018, cuando salieron decenas de miles de personas en caravana desde Centroamérica hacia Estados Unidos.

México deportó a más de 114 mil extranjeros en 2021, de acuerdo con datos de la Secretaría de Gobernación (Segob); mientras que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) recibió 131 mil 448 solicitudes de refugio durante el año pasado.

ONG SE CONVIERTEN EN APOYO INDISPENSABLE

La madre y la niña son atendidas por la ONG Plan International, que les ayuda a regularizar su situación en México para poder proseguir su camino.

Para no tener que esperar meses a que las autoridades migratorias les den respuesta a sus solicitudes y tengan que sufrir las condiciones precarias en las que han denunciado vivir miles de migrantes en el municipio chiapaneco, se necesita apoyo de las ONG —locales e internacionales— e incluso el apoyo de iglesias y de la ciudadanía. 

La ONG les otorgó un kit y una tarjeta para comprar una despensa que les permite cubrir sus necesidades básicas.

Karla González, coordinadora de proyectos para Plan International en Tapachula, México, explicó a Efe que las niñas y niños —acompañados o no de sus familias— llegan a este país desde diferentes naciones de la región por distintos motivos, desde la violencia a la pobreza más extrema, como es el caso del convulso Haití.

Plan International trabaja con un socio local que brinda atención a casos individuales para garantizar el bienestar de la niñez y su entorno, atendiendo a unos mil menores de edad desde 2021 hasta la fecha.



(djh)