BOCA DEL RÍO.- “Lástima margaritos”. Así respondió el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, a las críticas a su gobierno por la compra, sin licitar, de medicamentos a una empresa ligada al súper delegado federal en Jalisco, Carlos Lomelí.
En un post en sus cuentas oficiales de Facebook, el mandatario de Morena achacó los señalamientos al exgobernador panista, Miguel Ángel Yunes Linares.
Además, puso como ejemplo a su secretario de salud, Roberto Ramos Alor, por su labor dando consultas a niños de bajos recursos en comunidades indígenas de la entidad veracruzana.
Algunos ataques a nuestro gobierno se ciegan ante el verdadero cambio, no quieren ver lo que ‘los Yunes’ y ‘los Duartes’ abandonaron por llenarse las bolsas de dinero (…) No soportan que un maestro, académico de la Universidad Veracruzana y un pueblo al que no pudieron engañar ‘con el hijo de Yunes’ les pusieran un alto
Sin embargo, las críticas a las que hace referencia el gobernador, sobre todo contra su secretario de salud, llegaron de los medios de comunicación y no de la oposición.
El pasado 5 de junio, el funcionario estatal ofreció rueda de prensa para dar a conocer jornadas médicas a los periodistas, con motivo del Día de la Libertad de Expresión.
En la ronda de preguntas, una reportera cuestionó a Ramos Alor sobre la compra de esas medicinas, señalado en un reportaje publicado por Mexicanos contra la Corrupción.
La respuesta del médico dio la vuelta al país cuando dijo: “El pueblo necesitaba medicamentos, quizás muchos de sus familiares necesitaban medicamentos, no había medicamentos y con toda razón estaba la demanda popular. Llegan los benditos medicamentos y ahora ¿A dónde los compró? La verdad, como ciudadanos yo lo diría: híjole, no les embona ni un chile”.
Para informar que inaugurará tres nuevos centros de salud en áreas rurales, Cuitláhuac García recriminó las opiniones en su contra.
Simplemente no lo soportan. Parece que a nuestros detractores y críticos sin razón’ les duele que atendamos al pobre y al niño indígena con el dinero que se iban a robar. Los páramos en seco (…) ¡Lástima margaritos, llegó la cuarta transformación para quedarse!