Cobro de piso, control de policías municipales y adjudicación de obras pretendía imponer el líder del grupo criminal Los Rojos, Santiago Mazari, “El Carrete”, en Morelos.
De acuerdo con fuentes policiacas y ediles consultados por el diario Reforma, el criminal planeaba una reunión con los alcaldes morelenses para leerles la cartilla y subordinarlos a sus decisiones.
"El Carrete" es el jefe de Los Rojos, grupo al que se atribuye la ejecución de la alcaldesa de Temixco, la perredista Gisela Mota, ejecutada el sábado pasado, apenas horas después de rendir protesta.
En la reunión que buscaba el capo, de acuerdo con las mismas fuentes, se exigiría a los ediles que declararan públicamente su rechazo al Mando Único estatal a fin de imponer jefes municipales de su confianza, además de que le dieran el control de la obra pública para asignarla a empresas constructoras que él decidiera.
Además, demandaría recibir hasta 10 por ciento del presupuesto municipal como derecho de piso.
Para la realización del cónclave, de acuerdo con fuentes policiacas, "El Carrete" contaba con la ayuda de algunos ediles recién elegidos y el propósito era obligarlos a facilitar la operación de su grupo criminal.
Entre los presidentes municipales indagados están el de Tlaquiltenango, Enrique Alonso, de filiación perredista, y el de Amacuzac, Jorge Miranda, primo de "El Carrete".
Las reuniones colectivas de alcaldes con capos fueron comunes en Michoacán cuando Los Caballeros Templarios dominaban el territorio y uno de sus jefes, Nazario Moreno, "El Chayo", citaba a los funcionarios en su rancho, La Fortaleza de Anunnaki, para exigir el control policiaco y el diezmo del erario.
Con información de Reforma