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Los otros centroamericanos que no viajan en la caravana

Sin importarles las amenazas en su contra y la militarización de la frontera por Donald Trump, los inmigrantes centroamericanos continúan arriesgando sus vidas

Escrito en ESTADOS el

VILLAHERMOSA, Tabasco (La Silla Rota).- No sólo en la Caravana del Migrante viajan centroamericanos hacia Estados Unidos, el éxodo histórico de esos pueblos persiste cotidianamente, en todas las formas posibles, por toda la Frontera Sur.

Sin importarles las amenazas lanzadas en su contra y la militarización ordenada por el presidente de EU, Donald Trump, los inmigrantes centroamericanos continúan arriesgando su patrimonio y vidas, por ir busca empleo y escapar de la violencia de las temerarias pandillas Barrio 18 y Mara Salvatrucha.

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Rubén Figueroa, coordinador Sur-Sureste del Movimiento Migratorio Mesoamericano (MMM), consideró que también junto con el cruce hormiga de centroamericanos que por su propio pie a diario se registra por la porosa Frontera Sur de México, igual la redituable red del tráfico de personas, de la que son víctimas los inmigrantes.

El pasado viernes 1, un grupo de 16 hondureños fueron timados y abandonados por los traficantes en una casa de la Ranchería Estanzuela, primera Sección, municipio de Centro, ubicada a unos 500 metros de la carretera federal Teapa-Villahermosa.

El grupo de inmigrantes, en el que iban cinco menores de edad, fueron transportados en un vehículo hasta ese lugar por el “pollero”, quien les prometió que regresaría con alimentos y bebidas.

Los hondureños habían pagado una parte del “viaje” a los traficantes, pues comúnmente el resto lo liquidan, con el apoyo de familiares residentes, al llegar a su destino en los Estados Unidos.

También el viernes 1, policías municipales de Jonuta, en una carretera estatal, aseguraron en una camioneta con un grupo de 25 personas originarias de Honduras, entre ellos cinco menores de edad.

La camioneta Chevrolet, color vino, placas DGW-3022 de Campeche, provenía del municipio de Candelaria, Campeche, limítrofe con Tabasco, entidad que también limita con Guatemala.

En el caso de las tres Caravanas Migrantes que se encuentran en territorio mexicano, Rubén Figueroa estimó que están conformada por unos diez mil centroamericanos de Honduras, Salvador, principalmente, y de Guatemala.

Al denunciar que el gobierno de México nunca previó atender de manera humanitaria este éxodo masivo de centroamericanos, el coordinador del MMM urgió la intervención de la Organización de Naciones Unidas (ONU), para dictar medidas cautelares y de ayuda.

Dijo que la ONU debe solicitar a México que se establezcan “campos de refugiados” para la atención integral de estos pueblos en tránsito.

También en las calles de las ciudades del sureste, se observan a cientos de migrantes que viajan por su cuenta, hondureños mayormente, solicitando el apoyo económico de automovilistas, con el propósito de continuar su ruta hacia los EU.

José “N”, hondureño aún adolescente, relata que su alternativa era continuar en la pobreza de su pueblo natal de San Pedro Sula, o integrarse como miembro a la pandilla La Mara para vender droga y asesinar.

Por ello no tuvo más que huir de su país. “Me tenía que ir de la casa, mi mamá ya sabía porque y me dio su bendición”.

“La pandilla está en todos lados. Se tiene uno que ir y ya no se puede regresar. Amenazan a la familia. Ese es el destino de los morros –jóvenes- hondureños-, los reclutan para ser parte de la Mara” narra el centroamericano de 17 años.

También existe otro grupo delictivo igual de violentos, el Barrio 18, adversarios a muerte con la Mara Salvatrucha. En las zonas socioeconómicas marginadas no tienen escapatoria los jóvenes centroamericanos las garras delictivas.

José, abandonó su casa y familia, igual que otro hermano mayor, quien salió a los 16 años de su país, y actualmente vive y trabaja en Saltillo, Coahuila.

José, salió como pudo de Honduras, cruzó Guatemala y se internó a la frontera de México, por Tenosique, Tabasco. Sorteó la delincuencia y autoridades corruptas que acechan a los migrantes en la ruta que los lleva hacia el norte del país para alcanzar los Estados Unidos.

Por constituir una distancia más corta, la mayoría de migrantes originarios de Honduras, se internan por la frontera de Tabasco, Campeche y suroeste de Chiapas, en su paso hacia los Estados Unidos.

Por su parte, el dirigente de la Casa del Migrante “La 72” de Tenosique, Fray Tomás González Castillo confirma que “mientras las condiciones en los países de origen no mejoren, nadie podrá detener el éxodo masivo de personas”.

Asegura que a pesar de todos los peligros de todo tipo a que se exponen en la ruta que cruzan por México, a los migrantes, nada los detiene. “La gente sabe cómo llegar a los Estados Unidos y también asumen que algo les puede pasar”.

mvf