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Los huachicoleros 'explotaron' su patrimonio

Familias perdieron años de trabajo, su tranquilidad y su patrimonio en un instante cuando una gasolinera clandestina estalló cerca del centro de Veracruz

Escrito en ESTADOS el

Veracruz (La Silla Rota).-  Desde hace ocho meses, en algunas madrugadas, doña Mari despierta sudada y aterrorizada. En transe, somnolienta, corre a la sala de su casita para revisar el único sillón de donde asegura sale humo y huele a quemado. Sus hijos corren a despertarla, la tranquilizan y le explican que todo era una pesadilla. 

Esos sueños, que –cuenta- siente como reales, empezaron a partir del 2 de octubre del 2016, cuando una gasolinera clandestina estalló a pocos metros de su casa. En aquella ocasión el fuego arrasó con cuatro casas de madera y dañó otras tantas en la avenida Playa Juanita, de la colonia Playa Linda, a escasos 10 minutos del centro histórico de la ciudad de Veracruz. 

Desde hace tiempo, una banda de huachicoleros estaba dedicada a la venta del combustible de manera ilegal. Tanto ella, como sus vecinos, nunca se atrevieron a denunciar nada a las autoridades por temor a represarías de esas personas. 

El lugar era perfecto para ocultar esas actividades. Una bodega abandonada servía como estación de gasolina, nadie la ve al paso pues está enclavada en los limites de la barriada y una barda de más de tres metros de altura que divide el acceso a la playa, ahora propiedad de la Administración Portuaria Integral de Veracruz (APIVER). 

Sin embargo, el lugar era famoso entre los clientes del combustible ilegal que iban y venían para cargar sus tanques, ante la mirada temerosa de todos los colonos de Playa Linda, hogar de pescadores, empleados y comerciantes informales. 

Doña Mari, María Eugenia Flores Ramírez, no puede olvidar ese 2 de octubre, a casi ocho meses: el río de lumbre que pasaba por la banqueta y la fortuna de salir viva junto con sus tres hijos. 

Aunque salvaron la vida, quedaron sin casa, toda fue consumida por las llamas, el trabajo de 20 años como oficinista quedó reducido en escombros y sin castigo a los responsables, pues no hay detenidos hasta ahora por ese incidente. 

"La gente nos ayudó con comida, nos dieron un poquito de despensa, por la persona de Nino Bazxin (sindicato de limpia pública) nos trajo unos apoyos, entonces, mientras estuvimos en casa de mi hermano viviendo nosotros, nosotros que no teníamos donde quedarnos". 

Por casi 60 días ella y cuatro familias más tuvieron que sobrevivir fuera de sus casas, hasta que el ayuntamiento de Veracruz reconstruyó las viviendas y les regaló algunos electrodomésticos para iniciar de nueva cuenta. 

María Eugenia se dice agradecida por el apoyo, pero ahora sufre de más calor pues las paredes de su casa ya no son de manera sino de asbesto, con un techo de lámina y una sola ventana por donde apenas entra el aire. 

Ella ha intentado ahorrar para mandar a construir un ventanal que refresque, pero su trabajo como secretaria no le alcanza, pues de ahí tiene que sostener los estudios de sus dos hijos que acuden al bachillerato. 

Ante todo lo que ha vivido en los últimos meses no comprende como hay personas que por ahorrarse unos pesos ponen en riesgo sus vidas y las de todos los que viven y pasan por los alrededores. 

"Se ahorran unos pesos de más, pero no saben el peligro de que puedan perjudicar a terceras o cuartas personas, la verdad, y ahora si, si hacen eso y no denuncian es veces por miedo, pero yo lo viví y la verdad son cinco minutos en los que pierdes todo". 

Ese 2 de octubre, un chispazo cuando cargaban el tanque de un camión de volteo provocó el siniestro. Ni los bomberos, ni Protección Civil se explican cómo no hubo muertos ante tal devastación. 

"Con sacrificio, en 20 años, estás recuperándote en levantarte tus cosas y en cinco minutos perder todo, es un dolor muy grande. Gracias a Dios no perdemos una vida, mi hermano el más chico no se durmió, porque mi sobrinito estaba adentro y lo sacó , pero si se hubiera atontado se hubiera quedado una vida allí adentro, entonces, por uno pagan todos", lamentó doña Mari.