Dos hombres armados ingresaron a una cervecería en Playa del Carmen, Quintana Roo, y dispararon contra los comensales y trabajadores del lugar, dejando un saldo de una persona muerte y 11 más heridas.
Este escenario no es aislado, los ataques a establecimientos de centros turísticos quintanarroenses, como Cancún y la propia Playa del Carmen, se han vuelto constantes no solo de semanas, sino de meses e incluso años.
La violencia es ampliamente relacionada al crimen organizado y la presencia de al menos cinco cárteles de la droga en la entidad.
De acuerdo con un documento de la Fiscalía General de la República (FGR) en posesión de La Silla Rota, en Quintana Roo operan dos células del cártel del Golfo: “Los Pelones” y “Los Talibanes”.
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Sin embargo, de forma extraoficial se habla de la presencia, además, del cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), “Los Zetas” y una organización local relativamente independiente, la cual era liderada por Leticia Rodríguez, “Doña Lety”, -detenida en agosto del 2017- y que era conformada por exreos, desertores de cárteles rivales y estrechamente vinculada con el cártel de Sinaloa.
Sin embargo, es longeva la presencia del narcotráfico en Quintana Roo.
En la década de los noventa, y bajo la complicidad del entonces gobernador Mario Villanueva –el primer mandatario en ser detenido por crimen organizado–, el cártel de Juárez, liderado por Amado Carrillo, “El Señor de los Cielos”, operaba en Quintana Roo, a través de su lugarteniente Arturo Beltrán Leyva, “El Barbas”.
Tras la muerte de “El Señor de los Cielos” y el debilitamiento de su organización criminal, el Cártel de Sinaloa se hizo de la plaza la primera década del nuevo milenio, incluso, cuando Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, se fugó de Puente Grande, Jalisco, en 2001, Quintana Roo, junto con Nayarit, fue su principal escondite.
Luego, en 2010 y los cuatro años siguientes, “Los Zetas” se hicieron del estado quintanarroense en el auge de su poder. La cacería del gobierno federal contra este sanguinario cártel –tras presiones estadunidenses– mermaron su presencia en la entidad.
El cártel del Golfo, entonces, fue el “mandamás” en el crimen organizado, pero no logró consolidarse, ingresando los cárteles ya mencionados por la disputa de la zona.
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Para Ricardo Ravelo, experto en seguridad y narcotráfico, que Quintana Roo y sus centros turísticos sean zonas con alto consumo de drogas en parte fundamental de la violencia desatada por los cárteles.
“Después de la Ciudad de México, Acapulco y Los Cabos, Cancún es uno de los puntos más importantes en cuanto a consumo y distribución de drogas”, señaló Ravelo en entrevista para La Silla Rota.
De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco, el 15% de la población quintanarroense ha probado alguna droga ilegal.
Si bien, señala Ricardo Ravelo, el centro del problema es el narcomenudeo, hay más prácticas delictivas realizadas por los cárteles de la droga como el cobro de piso, la prostitución ilegal y la trata de personas.
También, el trasiego de drogas provenientes de Centroamérica y Sudamérica, es un problema para Quintana Roo, pues ambas rutas principales del narcotráfico pasan por dicho estado.
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“La droga que viene del sur del contienen pasa por una de las dos rutas: el pacífico, que también se puede tomar desde Quintana Roo; y la ruta del caribe, por donde forzosamente tiene un enclave importante en Cancún”, precisa Ravelo.
Y añade: “La droga colombiana o venezolana que entra por el caribe, toca base en Cuba, en Cancún, la cercanía con Miami, Estados Unidos, lo hace un lugar de alto movimiento criminal”.
Sin mencionar que, según el especialista consultado por La Silla Rota, Cancún es un centro primordial para el lavado de dinero.
“Cancún ha sido tradicionalmente un centro de lavado de dinero muy alto, en la compra de tierras, en la construcción de zonas habitacionales de alta plusvalía, es donde prácticamente se lava todo el activo del crimen organizado”.
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En cuatro años, la violencia aumentó un 220% en Quintana Roo, según cifras oficiales, en 2015 –cuando “Los Zetas” perdieron la plaza de mano del cártel del Golfo– se registraron 232 homicidios dolosos en el estado; para 2018 –ya con la disputa de cinco cárteles en la entidad– los asesinatos alcanzaron los 774 casos.
En tanto, en los primeros tres meses del año, en Quintana Roo los asesinatos suman ya los 201 casos, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).