CANCÚN.- La única clínica-hospital que dispone el ISSSTE en esta ciudad, parte nodal de un sistema con 95 mil derechohabientes, encara desde el inicio de la pandemia por covid-19 un doble desafío: atender la creciente demanda de pacientes, y enfrentar presiones derivadas de la corrupción interna, que en noviembre pasado llevó al cese y procesamiento penal del anterior director, Joaquín Calderón Jiménez.
Una nueva dirección, a cargo del doctor Arturo Mora Ochoa, un especialista con posgrado en Italia y promotor de clínicas comunitarias en varias zonas del estado, comenzó tareas apenas el 17 de abril pasado. Gracias al respaldo de un grupo mayoritario de trabajadores, sanitarios y administrativos, y con diversos apoyos gubernamentales, federales y estatales, logró adaptar nuevas áreas de atención, incluso para encauzar a enfermos de covid-19.
Se expandió así el espacio que albergaba originalmente solo 14 camas hospitalarias. Se han dado los pasos iniciales para un proyecto de remodelación, financiado por la Federación y el estado, que daría lugar a un nosocomio de tercer nivel, con diversas especialidades.
Sin embargo, en plena crisis sanitaria, focos de corrupción en el hospital se resisten a ser erradicados, tras cinco meses de la remoción del citado Calderón Jiménez, señalado en expedientes administrativos y judiciales por permitir el robo de medicamentos y equipos, ingresar para intervenciones quirúrgicas a “recomendados” y avalar contratos irregulares por servicios diversos, presumiblemente bajo indicaciones de Mario Perales Martínez y Sonia Elías Coral, funcionarios de la delegación estatal del ISSSTE, con sede en Chetumal.
La madugada de este domingo, policías federales que resguardan la institución desde el inicio de la crisis por covid-19 reportaron haber retenido a la salida del del hospital a dos funcionarios médicos ligados a la extinta gestión de Calderón Jiménez, cuando pretendían sustraer equipo y medicamentos. Se trata de Víctor Manuel Rosales Peña y Hugo Silva Castro. El primero estuvo a cargo del hospital entre noviembre y abril pasados.
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De acuerdo con fuentes policiales consultadas, ambos estaban ataviados con el uniforme propio para atención de coviud-19, pero ninguno de ellos pudo demostrar la razón por la que extraían esos recursos. Regresaron a las instalaciones y elaboraron sendas recetas para extraer un volumen más reducido al inicial, por lo que se les libró el paso.
Estos médicos y los citados funcionarios estatales, Perales Martínez y Elías Coral, son señalados en el sector por alentar la inconformidad de un pequeño grupo de trabajadores, bajo el argumento de que los hacen trabajar sin el equipo de protección necesario, que ha sido proporcionado tanto por autoridades estatales como federales, según informó el nuevo director, el doctor Mora Ochoa.
Un médico, Víctor Rivera Mellado, presentó una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, por “acoso laboral”, cuando se hallaba de vacaciones, y por negársele equipo de protección tipo covid-19, pese a que no atiende a pacientes con este padecimiento, según se informó a La Silla Rota. El ombudsman de Quintana Roo está haciendo las indagatorias correspondientes.
Entrevistado sobre este contexto, el nuevo director, Arturo Mora Ochoa, refirió que a su llegada y gracias a los respaldos referidos, la clínica-hospital del ISSSTE comenzó un proceso de reconversión para contener a pacientes con coronavirus, atender los casos no graves y dar apoyo a nosocomios de especialidades con capacidad bajo presión, como el Hospital General de Cancún “Jesús Kumate”.
“La labor del ISSSTE en Cancún es atender a ciudadanos con síntomas, evaluar y atender los casos no graves y, en caso de detectar pacientes que requieren hospitalización, apoyar en el proceso de traslado”, dijo.
Ante los señalamientos referidos, Mora Ochoa sostuvo que la clínica cuenta con insumos y equipo médico para médicos y enfermeras, e incluso para camilleros e intendentes en contacto con el “área covid”. Detalló que cada semana son utilizados 250 equipos médicos de protección para personal de salud, que trabaja en tres turnos. Además, se implementó un protocolo estricto para evitar contagios entre los trabajadores de la clínica.
Isaac Canché Ojeda, enfermero, confirmó que, desde que la clínica-hospital reconfiguró algunas áreas, se creó un espacio para atender pacientes con covid-19 y se aplican procedimientos que incluyen el registro de trabajadores que atienden a estos pacientes; se adquirió equipo de protección y se adicionaron procesos de desinfección al terminar cada jornada de trabajo.
Canché Ojeda atribuyó la inconformidad de otros trabajadores de la clínica, que afirman que hace falta de equipo de protección, al proceso de reorganización que desatendió la anterior dirección de la clínica.
Por su parte, la subdirectora administrativa del ISSSTE Cancún, Erika Sánchez Calzada, comentó que la plantilla de trabajadores es de 344 personas, de los cuales 122 gestionaron con su sindicato licencias para refugiarse en sus hogares. La mayor parte de ellos ha aceptado atender a pacientes por vía teléfonica, renovar recetas y extender otros tipos de cuidados. Para continuar el trabajo del nosocomio se abrieron 26 plazas.
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