MÉRIDA.- Leydi, enfermera por más de 50 años, murió con la seguridad de que fue amada y se reconoció su trabajo. Desde la habitación de la cama donde luchaba contra la covid escuchó la serenata con mariachis que le llevaron sus familiares y, a la que se sumaron compañeros de trabajo. Después del homenaje cerró sus ojos para siempre.
A Leydi Cupul Perera, jefa de enfermeras del hospital Agustín O’Horán, la ingresaron el pasado 9 de diciembre en su centro de trabajo, cinco días después fue trasladada al hospital del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). El 22 de diciembre nuevamente fue llevada al O’Horán donde murió.
El pasado miércoles, cerca de las 11:00 horas, su hermano Gamaliel y su hija Margie Ortiz Canul, así como otros familiares, amigos, directivos y compañeros del Hospital Agustín O’Horán le brindaron una serenata con mariachi, como habitualmente se hace para despedir al personal que se jubila.
Perfume de gardenias, Hermoso cariño y El son de la negra, fueron algunas de las canciones que se escucharon.
La serenata fue en la explanada del hospital, frente al Área Covid, donde la jefa de enfermeras estuvo ingresada varios días.
Al finalizar la serenata, Gamaliel tomó el megáfono y narró la vida de Leydi, de 70 años de edad.
También dijo que debido a la pandemia y por ser una persona de alto riesgo de contagio fue enviada a su casa pero, en diciembre se le solicitó retornar al hospital.
En los primeros días de ese mes se contagió y, aunque estuvo la mayor parte del tiempo ingresada en el ISSSTE decidieron sacarla porque se le formaron escamas en el cuerpo.