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Ley Antirruido en Mérida deja sin trabajo a músicos

En dos meses han sido clausurados por lo menos 36 bares y restaurantes bajo la acusación de haber rebasado los 100 decibeles permitidos

Escrito en ESTADOS el

Desde que se puso en marcha el Reglamento de Protección al Medio Ambiente y del Equilibrio Ecológico del Municipio en materia de contaminación auditiva, en julio pasado, alrededor de 36 bares y restaurantes de Mérida han sido clausurados debido a que superan los decibeles permitidos.

Estas clausuras han provocado que decenas de músicos, meseros y cocineros se queden sin empleo.

El representante del colectivo Tocadas de Rock en Mérida, José Méndez Novelo, señaló que desde que entró en vigor dicha norma, en julio pasado, unos 36 establecimientos que ofrecían a sus clientes música en vivo, han sido clausurados.

“El cierre se debe a que supuestamente superaron los decibles que establece la nueva normativa, lo que además de dejar sin empleo a las bandas, también ha perjudicado a meseros, cocineros y a todos los que dependían del establecimiento”, explicó.

Sin embargo, acusó que algunos inspectores municipales no están usando sonómetros para medir los decibeles, sino aplicaciones desde teléfonos celulares, lo cual viola la propia reglamentación.

“El reglamento dice que se deben usan sonómetros y no teléfonos celulares para medir los decibeles, además si tu mides el sonido junto a una bocina, lo lógico es que se supere por mucho lo establecido, que es un máximo de 100 decibeles”, subrayó Méndez Novelo.

Ante esta situación, propietarios de bares y restaurantes están optando por dejar de ofrecer música en vivo en sus establecimientos ante el temor de que también los clausuren.

Por estas razones, un grupo de músicos decidió protestar el domingo pasado en contra de las nuevas disposiciones del Reglamento de Protección al Medio Ambiente y del Equilibrio Ecológico del Municipio en materia de contaminación auditiva.

Los manifestantes realizaron una marcha en el centro histórico y un plantón frente el palacio municipal de Mérida, debido a que esa normativa los ha hecho perder contratos y en algunos casos hasta el empleo por el cierre total de los establecimientos.

Bajo el lema “La Música no es ruido”, los artistas demandaron un acercamiento con las autoridades para evitar que se pierdan más fuentes de empleo por esas nuevas disposiciones.

Además, el próximo miércoles 4 de septiembre harán llegar un pliego petitorio a las autoridades para que la ley se cumpla conforme a la norma y no con base a criterios discrecionales de los inspectores municipales.

Aclararon que lo único que buscan es que se establezcan criterios y procedimientos claros sobre cómo debe aplicarse ese nuevo reglamento para que los bares del centro histórico y de otros puntos de la ciudad puedan ofrecer música en vivo sin ser objeto de acoso o persecución.

Problema del norte, poniente y centro de Mérida

El reglamento entró en vigor el sábado 22 de junio y pone las bases para que los propietarios de las fuentes de ruido conozcan los límites que no deben rebasar para que su funcionamiento no violente los derechos de los vecinos.

De acuerdo con el director de Desarrollo Urbano Municipal, Federico Sauri, “el centro de Mérida es de día un hervidero de actividad, más de 200,000 personas se mueven a diario en la zona. Y ahora, a diferencia de hace algunos años, también en la noche se llena de vida, con gran número de restaurantes que además de su variada oferta gastronómica ofrecen el atractivo adicional de la música viva”.

Una consecuencia de esta vitalidad es el ruido, que se convirtió en un problema con el paso del tiempo.

“Ahora bien, la contaminación acústica no es exclusiva del Centro Histórico: en el Norte y el Poniente también hemos recibido quejas de vecinos”.

De acuerdo con la normativa, en la zona residencial de 6 de la mañana a 10 de la noche el ruido permitido es de 65 decibeles —el rumor de las conversaciones en un restaurante, para tener una idea— y a partir de las 10 de la noche y hasta 6 de la mañana, 50 decibeles.

En zonas industriales, el límite sube de 68 a 75 decibeles. Y en eventos especiales —festivales, ceremonias, actos de entretenimiento— lo máximo son 100 decibeles durante cuatro horas.