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Le dio lujos, no respeto; el machismo no distingue clases sociales

Organizaciones impulsoras de la Alerta de Violencia de Género en NL, señalan que mujeres pobres como adineradas son víctimas y sólo 10% denuncia las agresiones

Escrito en ESTADOS el

MONTERREY.- La violencia intrafamiliar no distingue edad ni posición económica.  A Nora, originaria de Puerto Rico, la trajo a Nuevo León un prestigiado abogado, quien cada que tomaba alcohol la agredía sexual y físicamente. 

Contrario a Nora, en una colonia popular del municipio de Zuazua, Claudia, una mujer de más de 40 años y madre de cuatro hijos, padeció por más de dos décadas, el abuso sexual y golpes de su marido. Ambas lograron dejar a sus parejas, gracias a la ayuda moral de otras mujeres; ellas conocieron la sororidad.  

Nora es una mujer de piernas largas y rasgos finos. Platica que no le faltaba el dinero, estaba rodeada de lujos, pero cada que su pareja tomaba alcohol la agredía sexual y físicamente. 

"Me decía que era una put… que ni se me ocurriera denunciarlo porque tenía poder, que nada le haría nada".

En ocasiones también la amenazó con deportarla. "Luego pasaba la euforia del alcohol y arrepentido, con la cruda física y moral casi se hincaba para pedirme perdón, que no volvería a tomar, pero siguió igual".

Soportó un par de años, hasta que una amiga la comenzó a aconsejar, le hablaba de las relaciones destructivas, la ayudó a valorarse y la acompañó a interponer una denuncia.

Con todo Nora sabía que era tiempo de buscar un cambio, tomó las cosas que le cabían en un par de maletas y se regresó a su país. 

Todavía sentía un poco de cariño por su pareja pero ya había entendido en que él nunca cambiaría y que la vida de ella peligraba, señala. 

Contrario a Nora, en una colonia popular del municipio de Zuazua, Claudia R, con cuatro hijos, tres de ellos adolescentes, soportó los malos tratos y la pobreza en que la tenía su esposo.

Él es yesero y, muchas veces llegaba a la casa sin dinero, porque se lo había gastado en bebida. Señala que no lo abandonaba porque pensaba en sus hijos.

Un día supo de un refugio para mujeres y se animo a ir. Puso la denuncia contra su esposo y, con sus hijos,  una madrugada abandonó su casa, cuando su marido estaba trabajando.

 

Su marido está advertido por la autoridad, no puede acercarse a ella. Intentó buscarla pero, hay una denuncia por agresiones y no puede hacerlo.

"Yo ya no quiero nada, pedí el divorcio y me están ayudando, a ver cómo le hago, saldré adelante con mis hijos", cuenta y relata que ha puesto un pequeño negocio de venta de ropa interior y lencería con ayuda de dos de sus hermanos y el manejo de las redes sociales de sus muchachos.

Hoy Claudia está bien, no olvida los golpes que le daba su marido, ya no la molesta, pero sabe que sigue en el alcohol.

"Quién sabe cómo vaya a acabar, tal vez muerto en la calle con una cuchillada".

Nora vive en Puerto Rico, se comunica con las amigas que hizo en Monterrey, supo que su ex pareja murió de un infarto. Tiene ganas de regresar a México y vivir aquí.

Las dos mujeres habitantes de la zona conurbada regiomontana forman parte de las estadísticas, están vivas, sólo sufren agresiones y han hecho la denuncia respectiva.

Foto Facebook Mamá Luchona 

POCAS DENUNCIAS 

Las víctimas tienen miedo, no creen en que se actúe contra el agresor o simplemente no tienen la cultura de denunciar.

Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp) señalan que en los primeros ocho meses del año se tuvieron en Nuevo León 21 crímenes de mujeres que no se tipificaron como feminicidio, sino como homicidio doloso. Pero contabilizado hasta septiembre, tan sólo en Monterrey, la capital neolonesa van 13 feminicidios.  

Pero hay más cifras, las estatales, de acuerdo con las de la incidencia delictiva de la Fiscalía General de Justicia del estado, del uno de enero al 30 de septiembre en Nuevo León se registraron 50 feminicidios.

Agrega que en este periodo se reportaron 187 feminicidios en grado de tentativa, para una suma de 237 intentos o asesinatos cometidos.

Según el código penal federal, se tipifica como feminicidio cuando la víctima presente signos de violencia sexual o de cualquier tipo, tenga lesiones o mutilaciones infamantes o degradantes, si el asesino tiene cualquier tipo de lazo afectivo, haya existido antecedentes de violencia en el ámbito familiar, laboral o escolar, del asesino contra la victima, si existieron amenazas previas; la victima fue incomunicada o si el cuerpo de la mujer fue expuesto en un lugar público.

Irma Alma Ochoa, directora de la organización Arthemisas por la Equidad y e impulsora de la Alerta de Violencia de Género contra las mujeres en Nuevo León, dice que solamente 10% denuncia las agresiones.