Main logo

Las mujeres que dieron el rostro femenino a las autodefensas

Detrás de los rifles de alto poder y escuadras que, poco a poco quitaban los comunitarios a los criminales, surgieron los dos primeros rostros femeninos, quienes han empoderado a la mujer dentro de las autodefensas

Escrito en ESTADOS el

Michoacán.- Todo parecía un levantamiento de armas de civiles de todas las edades; los rostros de los pobladores estaban cubiertos porque el Cartel de Los Caballeros Templarios dominaba municipios enteros, gobernantes y hasta la economía de un Michoacán que estaba bajo su yugo criminal.

Nadie esperaba ver que, después de ese 24 de febrero del 2013, cuando surgieron los primeros grupos de autodefensas en la historia del país, dos mujeres empoderaran con sus agallas y temple, la imagen femenina a través de esa rebelión ciudadana contra el narco.

Detrás de esos rifles de alto poder y escuadras que, poco a poco quitaban los comunitarios a los criminales, surgieron los dos primeros rostros de mujeres.

Primero, Juana Francisca Reyes Cervantes, vocera del movimiento civil armado en Tepalcatepec. Poco después,  María de la Luz Sandoval Zambrano, fundadora de las autodefensas en Aquila, cabecera.

Ambas, fueron las piezas que mostraron ese empoderamiento de la mujer en una guerra frontal contra el crimen organizado y eran puestas como ejemplo en la opinión pública, por su valor y empeño para alcanzar la paz de sus pueblos.

Juanita, la voz de hierro

Mejor conocida como “Comandante Juanita”, la ingeniera agrónomo de profesión, causó un gran furor cuando dio su primera declaración en público.

“Nos han robado todo los templarios, que hasta nuestro miedo se llevaron y por eso nos levantamos en armas, para hacer el trabajo que el gobierno no ha podido: regresar la paz”, señaló a una semana de que su pueblo se levantara en armas.

Diestra para disparar, pero también una estratega en el tema de comunicación y de logística, era la mediadora al interior de la guardia comunitaria y nunca desistía.

“A la chingada con esta madre; al fin ya nos conocen los templarios, ya no les tenemos miedo”, soltó Juanita, al descubrirse el rostro y cansada de esconder su identidad.

Igual agarraba un arma que el micrófono; una cuchara o cacerola o un botiquín para darle los primeros auxilios a las autodefensas que resultaban lesionados.

Para Juanita Reyes nunca hubo límites y representó siempre al grupo de autodefensas más numeroso y junto con el de La Ruana, el primero en levantarse en armas.

María de la Luz, un ánimo para Aquila

María de la Luz Sandoval Zambrano es una mujer que dijo no temer a los criminales, pero sí a las traiciones de los gobernantes ligados a la delincuencia, al pueblo que los había elegido.

Tras varios intentos de intentar, aún a costas de arriesgar su propia vida, levantar a su pueblo en armas, logró que su pueblo Aquila se sacudiera del asedio criminal.

Esa lucha era la misma y en el mes de junio de ese 2013, logró que por fin en la comunidad de Aquila se levantaran en armas en el mes de junio del 2013.

Junto con sus hijos y un reducido grupo de habitantes solicitaron el apoyo del Consejo General de Autodefensas y Guardias Comunitarias de Michoacán y desterrar al grupo criminal Los Caballeros Templarios en esa zona minera de la Sierra-Costa Michoacana.

Para conseguirlo, Doña Luz, como se le conoce, tuvo que viajar a escondidas en infinidad de ocasiones de su tierra, a Tepalcatepec, para reunirse con otros grupos de autodefensas.

Esos viajes fueron financiados por ella misma y sus hijos, quienes vivieron bajo el yugo de los templarios y amenazados de muerte, el cobro de cuota, las extorsiones, secuestros, asesinatos, desapariciones, violaciones a las mujeres y demás abusos criminales.

Luz, ha reiterado que de ser necesario se volvería a levantar en armas, “porque hay que defender a la familia; en mi caso yo soy viuda y soy el pilar de la casa y entonces yo tuve que levantarme para proteger a mi familia”, agrega al final la mujer.

Por todo lo que hizo, la mujer, de actualmente 57 años de edad, se ganó el respeto, la admiración y el poder entre los habitantes, que día a día robustecían las filas de ese grupo de autodefensas.

Los templarios eran encabezados en esa zona por el entonces alcalde Juan Hernández Ramírez y Federico González Medina “El Lico”, los orilló a defenderse.

Y, a pesar de tener al enemigo en casa María de la Luz consideró que levantarse en armas no fue una subversión al Estado, sino una necesidad de proteger a su familia.