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Las imágenes perturbadoras del jueves negro en Culiacán

La tarde del jueves, aliados del Cártel de Sinaloa se enfrentaron con fuerzas federales para impedir la detención del hijo de “El Chapo”

Escrito en ESTADOS el

La instrucción fue clara: impedir que fuerzas federales detuvieran y encarcelaran a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán.

La versión oficial del operativo de captura es contradictoria, lo que sí se puso en evidencia fue el armamento de alto poder que poseen los miembros del Cártel de Sinaloa.

La gente del crimen organizado que defendió a Ovidio Guzmán de las autoridades federales usaron rifles Barrett calibre 50. No es la primera vez que esta compañía aparece en Sinaloa, ligada a grupos delictivos.

Barrett Firearms Manufacturing es la empresa que fabrica las peligrosas armas utilizadas en el arresto, y posterior liberación, de Ovidio Guzmán.

Además de ser usada por miembros del crimen organizado, las armas de la marca son utilizadas por agencias policiacas e instituciones militares a lo largo del mundo.

En redes sociales, muchos han señalado la ironía de que estos delincuentes tengan un equipo y preparación militar mucho más moderna y peligrosa que el mismo Ejército mexicano.

La Barret .50 es una capaz de derribar aeronaves y penetrar blindajes avanzados; es más letal que el fusil AK-47; ambos en el marcado estadunidense se pueden conseguir entre 11 y 12 mil dólares, cada uno, es decir más de 200 mil pesos.

Este rifle semiautomático surgido en los años 80, en manos de gatilleros, se ha convertido en un arma letal. De probada eficacia en los conflictos bélicos, fue adoptada por el ejército sueco en 1989 y se ha ido perfeccionando a grado tal, que en la Guerra del Golfo fue protagonista.

La SASR (Special Applications Scoped Rifle) como le ubican los marines en Estados Unidos es parte del armamento de al menos 40 milicias en el mundo, con un peso aproximado de 11 kilogramos, cuenta con una cadencia de tiro de 70 impactos por minuto y posee una capacidad de alcance de objetivo de hasta los 2 mil 500 metros de distancia.

En septiembre de 2016 el entonces comisionario Nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, informó que en La Huacana, Michoacán, un francotirador derribó un helicóptero oficial con un rifle Barrett calibre .50.

Otro momento fuerte que se registró el jueves fue cuando un grupo de civiles armados acorralan a efectivos militares en la caseta Costa Rica. El diálogo entre las partes se desconoce, pero en el video se observa que incluso se saludan. En este lugar, un comando realizó un bloqueo.

Ahí se ve a un convoy de militares que observan a los civiles fuertemente armados, que al parecer tomaron tráilers. Uno de los delincuentes, quien viste playera negra, se acerca hasta un grupo de tres militares y los saluda de mano, inmediatamente otro sujeto que lleva un casco y chaleco blindado hace lo mismo. Este último además choca su puño con un militar que le responde con el mismo gesto.

Las armas que portan los civiles, algunos de ellos con vestimenta tipo militar y cascos balísticos, son en su mayoría AK-47 y AR-15.

El AR-15 tiene capacidad para disparar muchas balas a gran velocidad, con rondas de 10, 30 o incluso hasta 100 proyectiles sin tener que recargar el arma. En Colombia, una de las bandas criminales más conocidas en la década de 1990, se hacía llamar los “R-15”.

En México, el mismo fusil, junto con el Kalashnikov de diseño ruso conocido localmente como “Cuerno de Chivo”, es considerado una de las armas favoritas de los grupos armados al servicio del narcotráfico.

En redes sociales, la noche del mismo jueves se difundieron algunos videos donde supuestamente integrantes del Cártel de Sinaloa celebran la liberación de Ovidio Guzmán.

En uno de ellos se ve, aparentemente a elementos de la Marina, resguardado una fiesta.

Ninguna autoridad se ha pronunciado al respecto.