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La persecución política de Manuel Silos y la guerra sucia en la UANL

El exrector de la UANL cuenta que fue víctima de una persecución política por parte del exgobernador Benjamín Clariond y el exrector Reyes Tamez hace 20 años

Escrito en ESTADOS el

MONTERREY. - Manuel Silos Martínez, doctor en economía y ex rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León, que pasó injustamente tres años de cárcel por un peculado que no cometió, está ahora en paz y no busca revanchas contra quienes lo persiguieron políticamente.

Ahora, al paso de los años, ya jubilado, mira las cosas desde otra perspectiva y ha perdonado a quienes lo acusaron con el afán de perjudicarlo, aunque en realidad, considera que fue la Universidad la afectada con las maniobras del entonces gobernador Benjamín Clariond y el ex rector Reyes Tamez Guerra, quien fue secretario General cuando Silos era rector y luego lo sucedió en el cargo.

Silos, ex director de la Facultad de Economía de la UANL y del Centro de Investigaciones Económicas, un prestigiado economista que nunca había participado en política, llegó a la rectoría en el gobierno de Sócrates Rizzo García (agosto 1991 a 18 de abril de 1996 cuando solicitó licencia) pero el gobernador interino, el también priísta Benjamín Clariond, inició una cacería contra lo que oliera a su antecesor.

La persecución política

Manuel Silos fue detenido el 22 de enero de 1997 acusado de presunto peculado por 5.7 millones de pesos en perjuicio de la UANL. Su acusador lo era el sucesor Reyes Tamez Guerra, que había sido su secretario general en la propia universidad.

También fueron detenidos su secretario privado, Valentín Ovalle Faz; el tesorero universitario, Joel Moreno y Humberto López, cuñado de Sócrates Rizzo y contratista de la Universidad.

La defensa de los detenidos impidió que fueran llevados al entonces penal del Topo Chico y estuvieron en la cárcel municipal del municipio de San Nicolás de los Garza, donde se enclava la universidad.

En 1999 un Juez sentenció al ex rector a seis años y nueve meses de prisión; a cinco años y seis meses a Ovalle Faz; a cuatro años y tres meses a Moreno.

En ese largo peregrinar por juzgados, presentó una denuncia de hechos contra Reyes Tamez Guerra, quien fue el secretario de Educación del entonces presidente Vicente Fox Quesada, por los presuntos delitos de peculado, calumnia, difamación, tortura y los que resulten.

Acusó que los delitos denunciados ocurrieron a raíz del proceso penal que se siguió en su contra por supuesta malversación de fondos de la UANL, cuando él ocupaba la rectoría y Reyes Tamez fungía como secretario General, primero, y posteriormente cuando era ya rector.

La denuncia se extendió contra los integrantes de la Comisión de Honor y Justicia del Consejo Universitario, quienes en su momento avalaron la acusación penal contra Silos.


En la denuncia sostuvo que entre julio de 1996 y julio de 1997, bajo el interinato de Benjamín Clariond Reyes en la gubernatura del estado, la UANL fue agredida en dos ocasiones con el propósito de favorecer el arribo del PAN a la gubernatura, a través de Fernando Canales Clariond, primo del entonces gobernante.

Silos expuso que la acusación en su contra carecía de elementos y por eso la sentencia fue anulada por un tribunal colegiado, ya que se le responsabilizaba de peculado, cuando en verdad los recursos nunca ingresaron a la UANL, porque el gobierno del estado con Benjamín Clariond como gobernador se negaba a pagar estudios realizados por la institución a diversas dependencias estatales.

Manuel Silos cuenta que también tuvo un episodio donde fue víctima de tortura. Ocurrió al ser secuestrado por policías estatales que lo detuvieron en Houston, Texas, el 22 de enero de 1997 y lo pasaron “encajuelado” a México.

Silos permaneció tres años en prisión, pero salió en libertad cuando se le redujo la condena. Y en mayo de 2003 quedó exonerado mediante un fallo del primer tribunal colegiado en materia penal del cuarto circuito judicial federal, que anuló la sentencia condenatoria por falta de pruebas.

Meses atrás habían quedado libres el resto de los acusados.

El inicio de la libertad

Desde entonces empezó un largo andar entre juzgados y abogados para que el ex rector fuera restituido en su trabajo como maestro universitario y se le pagaran los salarios caídos.

Años después, en 2007 fue reinstalado en su trabajo de profesor y en 2008 obtuvo el triunfo jurídico para que le pagaran los salarios caídos. No fue fácil y hubo mil trabas.

Recuerda que fue un largo pleito jurídico y administrativo pues no querían cumplirle pese a que la Ley lo ordenaba.

"En 2007 me reinstalan como profesor, estuve como tres años y luego me dicen un viernes, ¿quieres jubilarte? Dije sí y me responden, a partir del lunes", dice en entrevista con La Silla Rota.

Desde entonces, el ex rector y economista por fin logró estar en paz, luego de 41 años de servicio en la Universidad Autónoma de Nuevo León puede cobrar con su jubilación.

"Me han dado algunas facilidades, conservo una oficina y me dan facilidades de acceso a la biblioteca y a la hemeroteca (en la Facultad de Economía)", explica el economista.

Manuel Solis hoy pasa el tiempo en su casa, un modesto departamento donde se cuida de la pandemia. 

"Hablo con amigo y solo me dicen, ya murió fulano de tal, fulanito se contagió, mejor a cuidarnos", cuenta.

Ya no busca revancha, vive tranquilo y en paz. Lee, escribe, investiga y como economista, dice, se da el lujo de "aceptar o rechazar algunos trabajos de investigación económica.