Main logo

La obesidad, el reto generacional del Norte

Los estados de Coahuila, Tamaulipas y Nuevo León son los que registran cifras más altas en obesidad al promedio nacional

Escrito en ESTADOS el

MONTERREY, Nuevo León.- Víctor pesa casi 120 kilos, acudió solo tres semanas a un gimnasio pero no pudo más: “Está cabrón no puedo, es muy difícil, haber que sale” dice junto a un asador donde prepara carne, quesadillas y demás platillos regionales que comparte con sus padres.

Norma tiene diabetes, ya le cortaron una pierna y está a punto de perder la otra. Consiguió una nueva silla de ruedas pues la que ocupó por años estaba endeble y con su peso de más 90 kilos estaba a punto de destrozarse.

Ayúdame a cambiarme a la nueva silla”, dice al reportero, luego adereza la plática con un refresco de cola y frituras:”Ya no hay nada que hacer, creo que ya no tardo en irme (morir), cada día estoy más mal”, dice y suelta el llanto. A su lado, María, su única hermana y familiar, además de su madre, se contagia y también llora: “Ya ando en más de setenta kilos, que sea lo que Dios quiera”, agrega y toma su soda acompañada de un cigarrillo.

Quizá ellos sean de las  generaciones que desgraciadamente tengan una esperanza menor de vida a la de sus padres y todo a consecuencia de la obesidad.

Según las estadísticas, en México la obesidad ataca a cuatro de cada diez niños de entre cinco y once años de edad; a tres de cada diez de entre doce y 19 años y al 72 por ciento de la población arriba de los veinte años de edad, principalmente a las mujeres.

Los estados de Coahuila, Tamaulipas y Nuevo León son los que registran cifras más altas al promedio nacional.

La obesidad es una epidemia que encamina a las nuevas generaciones a vivir menos que sus padres, pues disminuye la esperanza de vida. Además, el obeso tiene menos oportunidades de éxito en la vida, ganan menos dinero, son de poca educación y son mínimas sus posibilidades de casarse”.

Así coinciden los médicos Rafael Gómez Cuevas, director Académico de la Federación Centroamericana y del Caribe de Obesidad y Metabolismo y Donna Ryan, presidente de la Federación Mundial de Obesidad, y Ricardo Luna, presidente de la Sociedad Mexicana de Obesidad, quienes advirtieron del riesgo de las clínicas que ofrecen bajar hasta diez kilos de peso a la semana. “No hay dietas ni tratamiento milagro”, explicaron.

Gómez Cuevas fue más allá al señalar que además de las pérdidas económicas que se tienen por la obesidad, esta enfermedad afecta el estado emocional de las personas al grado que provoca divorcios a consecuencia de problemas sociales.

“La situación en México es crítica, estamos asistiendo a observar la primera generación de hijos que vivan menos que sus padres, pues la obesidad reduce su esperanza de vida. Tenemos un gran problema que resolver”, advierte Ricardo Luna.

En una reunión semanal de amigos, Carlos un cincuentón  entrenador de pesas aguanta el bullying de los asistentes  pues solo come pollo y toma agua, deja de lado la carne, el queso, las tortillas y el alcohol.

“Éntrale a la carne asada, al fin y al cabo con chochitos (anabólicos) te reponedor”, le bromean. “La única chinga es dormir temprano, levantarme a las cinco de la mañana todos los días, cuidarme y entrenar”, les contesta.

Luego dice al reportero “ míralos son de  mi generación, panzones, calvos, diabéticos, enfermos; algunos ya caminaron” y hace énfasis en el cuidado  de la alimentación y el ejercicio.

Cerca de ahí, en la misma colonia, Víctor sentado junto al asador degusta cortes de carne y cerveza.

Luego se cansa de estar sentado y se levanta, pero con enormes dificultades para recargarse en un lavadero y reposar su humanidad.

fmma