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La familia de Flor, de sufrir extorsiones en Michoacán a vivir en calles de Tijuana

Unas 3,500 personas originarias de Michoacán, desplazadas por la violencia, están viviendo en 14 albergues de una asociación civil en ciudades fronterizas

Escrito en ESTADOS el

TIJUANA.- La familia de Flor Mejía, desplazada por las extorsiones de criminales en Cruz Grande, Michoacán, tiene tres meses en el campamento de migrantes en la garita El Chaparral, en Tijuana, buscando ser escuchada por las autoridades de Estados Unidos para solicitar asilo.

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Con su esposo y sus seis hijos quiere un mejor lugar para pasar la noche, pero les han dicho que los albergues de la ciudad están saturados y, ahora, además deben esperar indeterminadamente a que el país del norte reinicie la recepción de migrantes.

“Nomás nos dicen que están saturados, por eso uno se bloquea con tanta información. Dicen una cosa, dicen otra (...) que si vienen del chaparral no los reciben que porque hay mucha delincuencia. Eso es lo que uno se pone a pensar, ¿para dónde vamos a arrancar?”.

Llegó hace más de un año a esta frontera, y aunque está a las puertas de su objetivo, el gobierno norteamericano dejó de recibirlos.

“Eramos tres familias las que llegamos. Ellas alcanzaron a irse, mis primas, yo no alcancé”, dijo Flor.

Por eso fue a las oficinas del Bienestar, a unos 4 kilómetros del campamento donde duerme las noches frías del invierno que está entrando a Baja California, para reunirse con decenas de desplazados más y escuchar del padre Gregorio López qué opciones tiene para seguir adelante. 

El “padre Goyo”, como lo conocen las familias, dice que hay 3,500 personas originarias de Michoacán (incluidos alrededor de 300 menores de edad), en 14 albergues de la asociación civil El buen samaritano en ciudades fronterizas como Reynosa, Ciudad Juárez, Mexicali, Tecate, San Luis Río Colorado, Tijuana y otros.

“Este mes de septiembre se paró, agosto septiembre ha estado frenado. Creemos que va a estar hasta entrando el año. Se ha puesto difícil pero hemos pasado a unos 3,500 entre abril, mayo, junio y julio”, añadió 

Estimó que un 30% de esos desplazados que ya están siguiendo un trámite de asilo en Estados Unidos son menores de edad, pero ante la pausa en la recepción de trámites pidió a los michoacanos no dejar sus pueblos por ahora.

“Que nadie venga porque no hay cupo”.

Por el contrario, piensa que la situación puede mejorar con el cambio de gobierno en Michoacán, porque antes  “había un divorcio” entre el estado y la federación.

Además sugiere que haya un cese al fuego, “un pacto de civilidad, una amnistía de parte del gobierno”.

“Es difícil este tema, pero es factible”, afirmó.

Flor Mejía, por el contrario, no ve ninguna posibilidad de regresar a su pueblo, Cuatro Bancos. 

“Yo como le digo a mi esposo: si hay chance de que nos den esa oportunidad de entrar, y si no, vamos a quedarnos aquí, porque también aquí hay oportunidades”, dijo.

esc